El presidente Trump firmó un decreto suspendiendo la emisión de varios visados -incluyendo los H-1B y H-2B- y los nuevos permisos de residencia hasta diciembre de 2020. La medida afectará a trabajadores temporales y especializados.
Washington, D.C. (VOA) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes la restricción de visas de inmigración para muchas categorías de trabajadores extranjeros durante el resto del año, citando el daño económico causado por la pandemia de coronavirus, incluidas las pérdidas de empleo de los trabajadores estadounidenses.
La medida llega en momentos en que más de 40 millones de personas perdieron sus empleos en los últimos tres meses como consecuencia de la pandemia en Estados Unidos. Algunos ya han regresado a su trabajo.
Bajo circunstancias ordinarias, los programas de trabajo temporal pueden beneficiar la economía, según el texto de la proclamación divulgado por la Casa Blanca.
Sin embargo, en la situación económica actual, “ciertos programas de visados de no inmigrante (…) suponen una amenaza para el empleo de trabajadores estadounidenses”, señala el texto.
El decreto congela la emisión de las visas:
H-1B, para trabajadores de ocupaciones especiales.
H-4, para cónyuges e hijos de personas con visado H-1B.
H-2B, para trabajadores estacionales no agricultores, con excepción de empleados en la industria alimentaria.
J, para personas que participan en programas de intercambio en EE.UU., con excepción de profesores.
L, para trabajadores temporales que son transferidos dentro de su empresa.
El decreto entrará en vigor el 24 de junio y aplica para extranjeros que se encuentren fuera de EE.UU, no tengan una visa de no inmigrante válida a partir del día 22 de junio y no tengan un documento de viaje oficial que no sea un visado, como por ejemplo un permiso de viaje.
Las medidas incluyeron también la suspensión de entrada de extranjeros como inmigrantes por 60 días para que no compitan en el mercado laboral.
Con las restricciones, el gobierno de EE.UU. espera salvaguardar algo más de medio millón de puestos de trabajo para ciudadanos estadounidenses, según especificaron los funcionarios.
“La suma total de lo que estas medidas harán en cuanto a liberar puestos de trabajo en lo que queda de 2020 es de 525.000 empleos (…). Trump está centrándose en que los estadounidenses vuelvan a trabajar lo más rápido posible”, subrayó uno de los funcionarios en la llamada.
Después de que Trump restringiera la inmigración al país en abril -y en medio de rumores que adelantaron la medida anunciada el lunes-, líderes empresariales expresaron su descontento, alegando que una acción que restrinja la entrada de trabajadores extranjeros sería contraproducente para la recuperación económica.
“Los negocios estadounidenses necesitan garantías de que pueden cumplir con las necesidades de su fuerza laboral. Para ello, es crucial que tengan acceso a talento nacional y de todo el mundo”, escribió el director de la Cámara de Comercio de EE.UU en una carta dirigida al presidente.
Las cuatro empresas más grandes del sector tecnológico (Amazon, Google, Facebook, Apple), que están entre las compañías que más trabajadores con visas H-1B emplean, también se mostraron en contra de las restricciones.
La asociación BSA Software Alliance, que representa a Microsoft, IBM y Adobe (entre otras empresas), dijo en un comunicado el lunes que estaba “decepcionada” por la medida.
“Estas limitaciones para acceder al talento extranjero van, en última instancia, a perjudicar a la economía estadounidense”, escribió BSA.
El CEO de Google, Sundar Pichai dijo estar decepcionado por la orden ejecutiva. “La inmigración ha contribuido enormemente al éxito económico de Estados Unidos, convirtiéndola en un líder mundial en tecnología y también en Google, la compañía que es hoy. Decepcionado por la proclamación de hoy, continuaremos apoyándonos con los inmigrantes y trabajando para expandir las oportunidades para todos”, escribió Pichai en Twitter.
Incluso dentro del partido de Trump existe cierta oposición a imponer restricciones a los visados. Varios senadores republicanos, incluyendo al legislador por el estado de Carolina del Sur, Lindsey Graham, y al tejano John Cornyn, escribieron en mayo una carta pidiendo al presidente no suspender el programa H-2B.
Además de congelar los nuevos visados, la Casa Blanca también planea acabar con la lotería de H-1B, por la que un 40% de los solicitantes de este visado son elegidos. Actualmente hay un límite de 85.000 visados de este tipo cada año. En su lugar, el gobierno de Trump planea conceder las visas a los solicitantes que tengan el salario más alto.
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