La violencia en Chicago ha escalado en modo tal que la administración Trump ha anunciado el envío de más de un centenar de agentes federales de la ley para apoyar a la policía y fuerzas del orden locales.
Washington, D.C. (VOA). – Después de una semana de tiroteos que se cobró al menos la vida de más de medio centenar de personas, la ciudad de Chicago se vio sacudida el martes 21 de julio por otro intercambio de disparos que dejó 15 personas heridas, según reportes de la Policía y prensa locales.
Este miércoles el jefe de la policía de Chicago achacó lo ocurrido un día antes a un acto de represalia entre pandillas.
El martes en una funeraria del lado sur unos individuos dispararon contra los dolientes de una persona fallecida en otro tiroteo. La acción dejó 15 heridos y ha sido catalogada como “la peor de Chicago en la memoria reciente, según el Chicago Tribune.
Los fatídicos acontecimientos se dan cuando la alcaldesa de la gran urbe, Lori Lightfoot, se dispuso a recibir –tras algunas quejas emitidas- unos 150 agentes federales de la ley que el presidente Donald Trump envió como soporte a las fuerzas del orden de la ciudad.
El superintendente de policía David Brown dijo que el ajuste de cuentas del martes es parte de un círculo que se repite una y otra y otra vez y “es impulsado por pandillas callejeras, armas y drogas”.
Las críticas de la alcaldesa Lightfoot se unieron a una carta y reclamos a Trump por intromisión en asuntos puramente estatales, pero el máximo funcionario de la ciudad aceptó el envío de fuerzas federales.
“A pesar de la retórica equivocada e incendiaria de usted y su personal que es divisiva e inútil, aceptaré su palabra de que desea ayudar a la ciudad en su esfuerzo por reducir la violencia, así que seré específico sobre lo que necesitamos del gobierno federal para hacernos más seguros”, escribió Lightfoot.
El reverendo Michael Pfleger, un antiguo cura de la Iglesia Católica St. Sabina, dijo el miércoles que su parroquia planea ofrecer una recompensa de 15.000 por información que conduzca a la detención de los sospechosos en el último tiroteo.
Pfleger dijo que parte de esto ocurre debido a la proliferación de pandillas, desempleo y pobreza en comunidades como Auburn Gresham, “que solo exacerban el problema de violencia en el área”.
Se espera que este miércoles el presidente Trump y el secretario de Justicia, Williams Barr definan la cantidad de efectivos que serán enviados también a Kansas City, donde ha explotado el descontento por la muerte violenta de un niño.
(Con información de AP y Chicago Tribune)
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