En entrevista, Kalimba nos comparte los siguientes consejos para todos aquellos que quieren dedicarse al mundo artístico o cualquier otra meta en su vida profesional:
- Yo creo que mi principal consejo es tener mucha fe. Eso es lo primerito. Que nada, nada, nada te desaliente. Cuando de verdad amas algo, como en este caso yo amo el arte y la música, nada te desalienta. Lo trabajas, eres disciplinado, eres obediente.
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El segundo es que se rodeen de personas que piensan de la misma manera. Que te vean y que admiren lo que haces y que tú los admires a ellos. Cuando hay admiración laboral, se trabaja tan bien. Cuando tú respetas que una persona te diga cuándo cantas o no cantas, esa persona sabe por qué. Si admiras su trabajo, vas a poder seguirlo bien.
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Y la otra, de verdad, es que definitivamente no te consuma el ego, la humildad. Mantenerte absolutamente humilde ante lo que haces, saber que hay millones de personas que seguramente cantan mejor que uno.
Que hay millones de personas que seguramente pueden hacer las cosas mejor que uno. Y que hay millones de personas que seguramente trabajan más duro que uno. Esa es la verdad. Es muy fácil decir que trabajas y que trabajas muy duro, pero tú tienes la oportunidad, por cualquier razón, Dios decidió que fueras tú. Sé humilde ante eso.
Súbete al escenario diciendo: “hoy me escogieron a mí para estar en este escenario. Una persona, o un millón de personas me escogieron a mí. Quieren que yo les cante. Quieren que sea mi arte lo que represente su emoción en este momento. Tuve yo la oportunidad, pero no es gracias a mi trabajo, no es gracias a mi talento. Porque muchas veces hay personas más talentosas y muchas personas más trabajadoras. Es gracias a que alguien más decidió que hoy me tocaba a mí.”
Subirte todos los días a agradecer el estar allá arriba te hace entregarte todos los días. Y lo sé porque a mí se me ha olvidado. Ha habido una época en mi vida en la que me subía y decía “¿y luego? Me subo a escenarios, a estadios y, ¿de qué se trata?”. Y yo le agradezco mucho a Dios de que me haya mostrado los por qué y los propósitos, y ahora cada vez que me subo para la cantidad de gente que sea, ya jamás es cotidiano. Agradezco porque me volvió a pasar y si me sigue pasando toda la vida creo que ya entendí.
Cada vez que pises un escenario y cada vez que puedas estar frente al micrófono hay que estar agradecido, humilde, y disfrutando lo que haces, y esperando volverlo a hacer.
