Los datos del informe, según la OEA, datos proporciona una comprensión inicial de los desafíos de la ciberseguridad y los procesos democráticos en la región.
Washington, DC. (VOA/Karen Sánchez) – En América Latina y el Caribe sigue habiendo un progreso sostenible en materia de ciberseguridad en los procesos democráticos, sin embargo es necesario colocar el tema en las agendas porque aún hay falencias, según un informe presentado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), el miércoles.
Esto debido a que el 55% de los países encuestados no conocía ningún ciberataque en su última elección. El 60% no cuenta con un grupo de trabajo o comité de ciberseguridad para asegurar el proceso democrático.
El 70% anticipa un aumento en los incidentes de ciberseguridad y el 90% está totalmente de acuerdo en que una mejor colaboración tendría un impacto positivo en el conjunto, según hallazgos del reporte denominado “Consideraciones de Ciberseguridad del proceso democrático para América Latina y el Caribe”.
Para llegar a estas conclusiones del reporte, la OEA envió una encuesta a los 34 países miembro, con el fin de analizar el grado de digitalización del proceso democrático, los marcos legislativos, las ciberamenazas en un proceso democrático y los niveles de implementación de medidas de ciberseguridad para proteger el proceso democrático.
David Marcos, consultor de la OEA, explicó que solo se recibieron respuestas de 17 países y aunque los resultados “no son representativos de los 34 Estados miembros… el uso y análisis de estos datos proporciona una comprensión inicial de los desafíos de la ciberseguridad y los procesos democráticos en la región”.
Marcos también afirmó que Brasil, Argentina y México ocupan el tercero, octavo y décimo lugar en el Ranking Internacional de Ciberataques, según Symantec.
Según explicó el consultor, más del 50% de los países encuestados desconocen incidentes de este tipo contra los procesos electorales, “lo cual puede significar que más de un 50% de países tienen una política de ciberseguridad casi que perfecta para los procesos democráticas o alguno de los ciberataques” no se han notado.
En cuanto al grado de digitalización del proceso democrático, el 93% ha digitalizado sus procesos democráticos y el 50% de los encuestados no ha actualizado la legislación para reflejar la transformación digital. “Debe abordarse lo antes posible. Es el primer paso, es indispensable”, señaló el consultor de la OEA.
El 90% de los encuestados, además, señalaron no haber actualizado la legislación y creen que es fundamental hacerlo.
“Los datos sugieren que se deben identificar más recursos financieros y de capacidad humana para mejorar la seguridad de la tecnología digital”, dijo Marcos.
En cuanto al nivel de implementación de las medidas de ciberseguridad, el 50% de los países encuestados no cuenta con un presupuesto para ciberseguridad asociado al proceso democrático y más del 40% de ellos desconocen la coordinación entre la entidad responsable de un proceso democrático y el CSIRT local cuando existe, según cifras del reporte.
La investigación
Francisco Guerrero, secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA, afirmó que la investigación “es una contribución de enorme valor para los tiempos que viven nuestra democracia, la tecnología entra con más valor en nuestras vidas y la pandemia no hace sino acelerar nuestro proceso”.
También señaló que la tecnología tiene vulnerabilidades y los errores pueden “resquebrajar la confianza en el electorado amenazando la credibilidad en los procesos democráticos”.
Por su parte, Farah Urrutia, secretaria de Seguridad Multidimensional de la OEA, dijo que “el reporte tiene como objetivo principal la creación de conciencia sobre los problemas relacionados de la tecnología y democracia y alentar el diálogo global sobre el tema” y que se busca cubrir aspectos relacionadas con la ciberseguidad que permitan garantizar los derechos humanos y las libertades en las elecciones.
También se refirió a la urgencia de plantear este tema en las agendas, debido a la pandemia, puesto que “las democracias han tenido que adaptarse a estas circunstancias cambiantes y apoyarse en la tecnología” y, en este sentido, fortalecer la ciberseguridad cibernética puede generar “una confianza continua en los procesos democráticos”.
Gerardo de Icaza, director del Departamento de Cooperación y Observación Electoral de la OEA señaló que “en cada etapa del proceso electoral tiene un elemento tecnológico y lo que debemos entender es que cada una de esas partes tecnológica es una solución, pero también es una vulnerabilidad y las autoridades electorales y estatales encargadas de ciberseguridad lo tienen que ver de esa forma”.
Afirmó que las posibilidad de ataques cibernéticos son innumerables y que para evitarlos es necesario usar tres principios: la transparencia, la efectividad y la seguridad, “y deben de ser principios que no se ven de forma autónoma, sino de forma combinada, deben de interactuar”, concluyó.
Dentro de las conclusiones de los resultados, Marcos enfatizó en que son desafíos de la región la sensibilización del tema para todas las partes involucradas, tener en cuenta los marcos legislativos “que prevén el financiamiento de organismos independientes para coordinar las políticas de ciberseguridad” y el “sentido de urgencia”, así como una continuidad de la ciberseguridad en todo el ciclo democrático, no en solo algunas partes del mismo.
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