¿El acto de corrupción es una depravación moral? Corrupción abuso del poder, para beneficio propio.
Tiene siglos en este planeta pandémico. No sabemos si el hombre de Neandertal actuó de manera corrupta, pero el homo sapiens su existencia desde hace 25 mil años, debió de haber iniciado con la depravación moral, la corrupción.
En el mundo y en particular en los territorios que hoy dan vida a México, en la época prehispánica, existía la corrupción. En esos momentos sin entenderse este concepto.
A la llegada de los españoles y la conquista del territorio, que se denominó la Nueva España, la corrupción toma gran auge. La iglesia a través de la santa inquisición, manejo con desenfreno la corrupción. A través del abuso de poder se enriquece de manera apresurada.
México con antecedentes de abuso de poder, llena su historia y la enmarca con la corrupción. Las diferentes etapas de movimientos sociales, se acompañan por y con actos de corrupción.
En la época moderna, esto durante el siglo pasado el Partido Revolucionario Institucional que gobernó al hilo y por 70 años a esta nación. Institucionaliza la corrupción, como una práctica común de gobernar.
Esto se acrecienta en los últimos treinta años del siglo XX.
Algunos medios de comunicación y periodistas, dan cuenta de la depravación moral de muchos gobernantes. Sus excesos, sus abusos, sus enriquecimientos inexplicables.
Injusticia gubernamental que estalla a finales de ese siglo y da la oportunidad en el año 2 mil a un cambio de estafeta.
Sin embargo, el hartazgo ciudadano crece, quizá por la facilidad de descubrimientos que antes se ocultaban, ahora a través de las redes sociales son denunciados.
La política partidista como un gran negocio. Sin una inversión económica y bajo el concepto “no me den, solo pónganse donde hay”, se concretan fortunas millonarias en unos pocos años de gobernar una alcaldía, un estado o la nación misma.
La complicidad entre todos, y digo todos, con el método de la impunidad, llevan a que México ocupe un buen sitio en las estadísticas internacionales, como un país corrupto.
Esta práctica permea en la sociedad y una gran parte de la misma, la acepta y lo ve como una oportunidad de desarrollo personal: “el que no tranza, no avanza” o hace poco otra frase popular “el PRI roba, pero deja robar”.
Hoy la corrupción como una cultura, se puede encontrar en todos sectores que hacen funcionar este país. Ningún partido político escapa a esta depravación moral.
Será la mejor herencia que dejemos a las futuras generaciones. ¡Esta depravación moral!
José Luis Rodriguez Chávez
Ingeniero Arquitecto. Activista Social. Analista Político.
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