El gobierno federal no lo ha hecho. Por eso varios estados han contratando a desarrolladores de aplicaciones para ofrecer programas para teléfonos inteligentes que ayuden a las personas a detectar si han sido expuestas al virus y para rastrear sus contactos recientes.
Washington, DC. (VOA/Michelle Quinn) – Más de seis meses después de iniciada la pandemia del coronavirus, varios estados de la nación americana han empezado a sacar al mercado aplicaciones de teléfonos inteligentes que prometen decirle a los usuarios si han estado expuestos a alguien infectado con el virus, sin revelar información personal de nadie.
Ahora con la Casa Blanca luchando su propia batalla con el COVID-19, la meta para encontrar una forma de notificar a personas posiblemente contagiadas ha cobrado mayor urgencia.
La llegada de estas aplicaciones a Estados Unidos se produce cuando las comunidades están empezando a reabrirse gradualmente. La esperanza es que, al usar tecnologías para notificar a las personas de que posiblemente hayan sido expuestas al virus, las aplicaciones ayuden a la capacidad de las autoridades para frenar el avance del virus.
Es una idea bajo prueba, en tiempo real, pero ¿lograrán estas apps marcar una diferencia?
“Aún no lo sabemos”, dijo Jeffrey Kahn, director del Instituto Berman de Bioética de la Universidad Johns Hopkins. “Eso es parte de lo que es interesante y al mismo tiempo frustrante sobre el punto en que nos encontramos. Esta es una tecnología que no se ha comprobado aún. Está siendo sacada al mercado en medio de una emergencia de salud pública. Hay mucho que aprender sobre la marcha”.
Notificando a la gente anónimamente
Mientras las aplicaciones de cada estado varían, el enfoque principal siendo usado en Estados Unidos se basa en la tecnología de Apple y Google.
Una persona descarga una aplicación creada por su Departamento de Salud estatal. Usando la tecnología del celular de esa persona, la aplicación empieza a recopilar información sobre otros teléfonos a los que se acerca: qué teléfonos, qué tan cerca ha estado y por cuánto tiempo. Esa información sobre el “saludo digital” es almacenada en el teléfono de la persona.
Si esa persona da positivo en una prueba de COVID-19, funcionarios de salud le darán un código para ingresarlo en la aplicación. Una alerta será entonces enviada a las otras personas que tienen la aplicación y que han estado cerca de la persona contagiada en las últimas dos semanas.
Dos enfoques
Las aplicaciones para teléfonos inteligentes para el covid-19 aparecieron inicialmente en Asia, en China y Corea del Sur. Ahí, los funcionarios usaron la información sobre la ubicación de los celulares para rastrear a las personas y sus contactos.
Es un enfoque que está siendo usado en otras partes del mundo. En Israel, el gobierno ha estado escudriñando los registros de los celulares para rastrear sus contactos y las personas que se han acercado a personas contagiadas para poder ponerlas en cuarentena. En Turquía, el sistema de los teléfonos inteligentes rastrea sus movimientos y a quiénes se han acercado.
Pero los enfoques que usan información sobre la ubicación de los teléfonos generan interrogantes sobre la privacidad de los usuarios., dijo Megan DeBlois, una estudiante graduada en sistemas de seguridad que ayudó a crear la aplicación COVID-19 Tracker, una página web que monitorea las aplicaciones para el COVID-19 alrededor del mundo.
“Hay muchas aplicaciones que piden demasiada información”, sostuvo.
Usuarios anónimos
Los estados norteamericanos están creando sus propias aplicaciones, basado en el enfoque ofrecido por Apple y Google., que condicionan el uso de su tecnología para que los celulares no puedan usar información sobre la ubicación del celular o su dueño.
Ese requerimiento de privacidad ayuda a generar confianza de la gente en las aplicaciones, dijo Sarah Kreps, una profesora de gobierno de la Universidad de Cornell, que actualmente se encuentra estudiando el tema del COVID-19, la tecnología y el sentir público. Conocer a alguien que haya sido infectado por el coronavirus también estimula a la gente a usar aplicaciones para la COVID-19, agregó Kreps.
“Para que estas aplicaciones sean efectivas, se debe tener suficiente gente que esté dispuesta a descargar y usar la aplicación —dijo Kreps— y al no poderse emitir una orden para ello, como se hizo en China, entonces se necesita contar con la confianza del público”.
Hasta ahora en Virginia y otros estados con aplicaciones para COVID-19, personas entrevistadas recientemente parecieron estar abiertas a usar estas aplicaciones.
“Estoy tratando de ser personalmente consciente, responsable, para lo que yo debería estar haciendo”, dijo Mike, quien recientemente usaba una vía para bicicletas en el norte de Virginia. “Esto fue presentado como algo en que se puede confiar y yo lo acepto”.
“He investigado sobre esto y honestamente me siento bien al respecto”, dijo Hayes, un estudiante de posgrado de la Universidad de Arizona, que planificaba descargar la aplicación de su estado. “Han hecho mucho para resolver los temas relacionados al respeto de la privacidad. Creo que suena muy legítimo”.
Límites de la privacidad
Pero las aplicaciones anónimas para la COVID-19 traen su desventaja: limitan el uso que los funcionarios públicos pueden darles. Si la identidad y ubicación de una persona no se conocen, la aplicación da información escasa sobre un brote que se esté registrando.
Joyce Schroeder es la jefa del departamento de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Arizona y ha sido la responsable del equipo que desarrolló CovidWatch, una aplicación para el estado de Arizona, la cual no recopila información privada de los individuos.
Eso “es algo bueno”, dijo ella. “Queremos mantener nuestra privacidad. Pero también es algo frustrante cuando estás tratando de recolectar información sobre algo y darte cuenta si está funcionando. Hay muy poca información que se puede recopilar de estas aplicaciones”.
Los estados trabajan coordinados
Fuera de Estados Unidos, los departamentos de salud de los países han estado sacando sus propias aplicaciones, En Estados Unidos el gobierno federal no está trabajando en su propia aplicación por lo que los estados han contratado a desarrolladores de aplicaciones para crear sus propias versiones.
Hasta ahora, nueve estados han emitido aplicaciones que envían notificaciones relacionadas al COVID-19 y que se basan en la tecnología de Apple y Google.
En su más reciente actualización de su sistema operativo, Apple instaló algo llamado “Exposición a Notificaciones” para que los estados puedan más fácilmente empezar a notificar a las personas si han sido expuestas. Los usuarios pueden activar o apagar esta función. Se anticipa que Google emita una actualización similar para los teléfonos androides.
Trabajando con Microsoft, la Asociación de Laboratorios de Salud Pública lanzó recientemente “un servidor nacional” que hará posible usar una aplicación de un estado mientras se visita otros estados.
Aunque aún es temprano, se cree que estos esfuerzos para usar la tecnología podrán hacer una diferencia al luchar contra el virus, dijo Kahn de la Universidad Johns Hopkins.
“Es una oportunidad”, dijo, “para ayudar a encaminar el uso positivo de la tecnología durante lo que obviamente son tiempos difíciles”.
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