Todo se transforma constantemente, ese es el estado natural del Universo; nada permanece inmóvil. En consecuencia, la materia tiende a desarrollar su estructura esencial por los efectos e impulsos de los mecanismos en los fenómenos naturales que le conducen a la perfección, armonizándola de esta forma con el orden del Universo. Distinto, el hombre voluntariamente debe desarrollar sus facultades naturales con plena libertad y en base al actuar del libre albedrío; así, tiene la responsabilidad de que sus acciones se ajusten perfectamente a ese movimiento permanente y ordenado del Universo.
Con el apoyo y soporte de estos argumentos, este trabajo pretende dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿la sociedad es producto de la naturaleza o es creación del hombre? La respuesta es de vital importancia en la decisión de responsabilizar o no al hombre en la construcción de la sociedad actual y determinar si tiene la capacidad suficiente para elaborar una estructura social que beneficie al individuo.
Iniciemos: En la posición de considerar a la sociedad como producto de la naturaleza, se juzga que su desarrollo está fundado en el desenvolvimiento de los procesos de los fenómenos naturales sin la mínima intervención del hombre; de esta manera evoluciona por sí misma hacia la perfección. En esta condición, el hombre se somete a los mecanismos de los fenómenos naturales para evolucionar conforme le indica la naturaleza. La función del hombre radica en someterse instintivamente a las determinaciones de los fenómenos naturales que le afectan; en consecuencia no tiene responsabilidad en su desarrollo.
Por otro lado, estimar que la sociedad es una creación del hombre, es considerar que sus fundamentos radican en la razón y en el libre albedrio del individuo. La estructura y organización de la sociedad está construida en términos de la razón y libre albedrio ejercitados con libertad absoluta a fin de responsabilizar al hombre del exacto ajuste de sus acciones a los procesos naturales que lo conducirán a la perfección a través del progreso, al aprovecharse equitativamente de los recursos que la naturaleza le ofrece para la satisfacción justas de sus necesidades.
La naturaleza es hostil al hombre; la sociedad es un refugio benévolo. La naturaleza reclama del hombre su fortaleza para aceptarlo; la sociedad lo adopta débil y caótico. El individuo se encuentra en dos extremos: la naturaleza y la sociedad; la naturaleza espera al hombre para fortalecer su debilidad natural y así inmiscuirlo en los procesos naturales hacia su perfección por medio de la evolución. La sociedad acepta y consiente al individuo frágil y desordenado condicionándolo a generar utilidad social en términos materiales, que se reflejan en un supuesto avance en el progreso.
Con estos argumentos, percibo que la sociedad no es producto de la naturaleza: los múltiples actos del hombre y de la sociedad inexplicablemente antinaturales bajo los términos humanos así lo acreditan. La actividad del hombre se aleja cada vez más a beneficiar al individuo en sí mismo, fortaleciendo sin medida todo aquello que le destruye; los procesos naturales están ausentes en este conflicto del hombre con la naturaleza.
Por lo tanto, mi percepción es que la sociedad es creación del hombre bajo los siguientes términos: El hombre con base en la razón creo la sociedad con sus semejantes para solventar sus necesidades que su debilidad le impide satisfacer por sí mismo; la sociedad se convierte en una especie de extensión artificial de la naturaleza. La libertad ejercida en el uso de la razón y del libre albedrio para la construcción de la sociedad actual responsabiliza al hombre de las condiciones actuales de la colectividad. La condición para ejercitar la libertad es la responsabilidad; la libertad sin responsabilidad es otra cosa menos libertad.
El hombre en las condiciones actuales en el uso de la razón y del libre albedrío, no está en posibilidades de sostener y corregir la estructura de la actual sociedad; carece de capacidad para buscar y encontrar las características de una sociedad mejor, lamentable es afirmar y defender que la forma de nuestra sociedad actual es la única, la mejor; imposible otra forma de sociedad. El temor y la pereza dominan el uso de la razón y el ejercicio del libre albedrío; el hombre, así lo parece ser, está contento y satisfecho con la dinámica, organización y orientación de la sociedad de hoy.
Resumiendo: La naturaleza, en consecuencia también la evolución, abandonó al hombre en la edificación de la sociedad por su egoísmo, su pereza y cobardía. En efecto, la sociedad es creación del hombre: la naturaleza dotó al hombre de dos herramientas necesarias en la construcción de la colectividad: la razón y el libre albedrío; herramientas que el hombre descuido e inicio la construcción de la sociedad sin ellas; solo así, satisface la respuesta al porqué de tantas acciones inhumanas y antinaturales del hombre. Efecto y secuela es el supuesto progreso social que al avanzar en su desarrollo solo aumenta paso a paso los eslabones de la cadena que esclavizan más y más al individuo.
Es cuánto ¡un abrazo fraterno!
Originalmente programado el 19 Octubre de 2015

Guillermo Chávez
Abogado. Filósofo. Columnista.
Buen amigo y consejero, entusiasta. Publicamos cada semana tu columna, en tu espacio en tu memoria.
Descansa en Paz.
Hasta pronto querido amigo.