La muerte del creador Joaquín Salvador Lavado, alias ‘Quino’, ha recordado estos días la inmortalidad de su criatura, Mafalda.
Resuena atemporal su discurso a favor de la inteligencia, cuestionando siempre el mundo adulto en lo que tiene de pobreza o hambruna, de guerras y odio, de racismo y diferencias sociales.
Y, sin embargo, es bueno recordar que esa niña de apariencia inofensiva es fruto de un tiempo y lugar concretos, el régimen totalitario conocido como Revolución Argentina que dominó el país entre 1966 a 1973.
Como recordaba ‘El Espectador’ en Mafalda, en pie de tierra arrasada, Quino y Mafalda dijeron “lo que nadie se atrevía a decir” durante “una dictadura disfrazada de revolución”, que “llevaba por centro todos los fuegos del fascismo”.
Mafalda burló la censura de un tiempo argentino en que “católicos progresistas, masones y francmasones, liberales, tecnócratas, planificadores de familia, protestantes y conversos, comunistas y amantes de la paz; todos los humanistas entraban a conformar la lista de la sospecha”.
En un tiempo en que la Masonería tuvo que callar, una niña alzó la voz por nosotros…
Cortesía de El Oriente
La Cantera
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