El vínculo madre e hijo se comienza a desarrollar desde el embarazo, al momento en que la madre siente los movimientos del bebé dentro del vientre, al mismo tiempo en que el bebé siente todo lo que la madre percibe, hace y llega a sentir, así como al escuchar su voz, sintiendo el amor de mamá, papá, y de las personas que lo esperan, como con los cuidados especiales que se tienen durante esta hermosa etapa.
El vínculo madre e hijo fortalece en el niño o la niña su inteligencia emocional, la cual está relacionada con el manejo de emociones, desarrollo efectivo y social, autoestima, apoyando a tener futuras relaciones interpersonales sanas y brinda seguridad.
Dedica a tus hijos un tiempo especial, demostrándoles tu interés por sus gustos, sus sueños, sus historias, todo lo que los hace especiales. Repíteles constantemente que los amas, abrázalos, bésalos, juega con ellos, hazles ver lo orgulloso y orgullosa que estás de lo que son. Aprende a escucharles, a comprenderlos.