La percepción de los lobos en la cultura del continente Americano y del continente Europeo son completamente distintas y contrapuestas, pues mientras en Europa la figura del lobo es vista como la de una bestia salvaje, en las culturas precolombinas de América el lobo era considerado como un animal de gran fuerza y valor.
Esto quizá se deba a que en Europa el territorio de los lobos a menudo era invadido por las crecientes ciudades, a lo que los animales respondían con encuentros desafortunados con la población. Mientras que en América, el lobo compartía las grandes extensiones de tierra con los pobladores y formaba parte de su entorno, leyendas, historias y vida.
Lo cierto es que el lobo es un animal de grandes peculiaridades. Es el mayor de la familia de los cánidos y una pareja de lobos estará unida de por vida, hasta que uno de ellos muera.
Contrario a lo que se piensa, en la mayoría de los intentos de caza de los lobos no tienen éxito, pero son animales sociables en su manada ya que entre todos se encargan de la crianza de los lobeznos.
Además, existen jerarquías en su manada, el líder es el lobo “Alfa” y el segundo en el mando es el “Beta”. Suelen ser animales organizados pues con su potente aullido, pueden convocar a una reunión de los miembros de su manada que se encuentren hasta a 20 kilómetros a la redonda.