La casa Azul de Frida Kahlo, es el museo más concurrido en la capital mexicana y donde están las obras más importantes de la pintora. Lugar donde nació y murió, habla de la vida cotidiana de la artista y la relación que existe entre su obra y su casa. Aunque vivió en varios lugares al casarse con Diego Rivera, siempre regresó a su casona ubicada en Coyoacán.
La Casa Azul se abre como museo porque Frida y Diego siempre tuvieron la idea de donar al pueblo de México sus obras. Carlos Pellicer, poeta y museógrafo, se encargó del montaje para abrirlo como museo; describió la casa en 1955 como: “Pintada de azul, por fuera y por dentro, parece alojar un poco de cielo. Es la casa típica de la tranquilidad pueblerina donde la buena mesa y el buen sueño le dan a uno la energía suficiente para vivir sin mayores sobresaltos y pacíficamente morir…” Fue en 1958 cuando La Casa Azul fue convertida en Museo.
La casona es un reflejo de la admiración por el arte y la cultura mexicano que Diego y Frida tenían. Ambos coleccionaban arte popular, esto se puede ver en el interior y exterior de la casa.
En el lugar, los objetos personales de la artista son testimonio de lo que vivió y sufrió por sus múltiples operaciones a las que fue sometida y de las cuales la tuvieron inmóvil durante largos periodos.
En los espacios de la casa se pueden encontrar los vestidos y las joyas que coleccionaba la artista, así como los retratos que ella misma se hizo y que realizó de amigos. En su estudio, sus libros y pinceles, espacio que le mandó construir Diego con objetos de arte popular mexicano.
Si quieres conocer más de la artista latinoamericana mayormente conocida a nivel mundial, tienes que conocer su espacio, La Casa Azul.