Hay una ciudad donde siempre es Navidad, ahí todo el año se pueden ver pinos verdes, luces, adornos y esferas alegrando los edificios, pero no, no es el Polo Norte.
Aunque la tradición nos dice que la casa y el taller de Santa se encuentran en tierras gélidas, ahora podrás conocer el secreto del dadivoso San Nicolás, pues entre todos los países del mundo eligió a nuestro bello México para hacer su guarida.
He de confesar que yo también me llevé una gran sorpresa mientras conducía por la carretera de Michoacán y de pronto vislumbré un viejo letrero de metal ya derruido en donde decía: “Conoce la casa de Santa”. Pensé que se trataba de una vieja publicidad de temporada, pero metros más adelante otros carteles que mencionaban la cercanía con la ubicación del hogar del “Señor de la Navidad” simplemente despertaron mi curiosidad.
Apenas unos minutos después llegaba con mi familia a un pequeño poblado cerca de la Sierra Chinicua, frontera límite entre el Estado de México y Michoacán, se trataba del Pueblo Mágico de Tlalpujahua.
Pronto me acerqué a la oficina de información turística para verificar que en realidad existía en la localidad esa tan publicitada Casa de Santa. La encargada sonrió al ver mi entusiasmo cuando me confiró que tal lugar si existía, tanto la Casa como el Taller de Santa estaban en Tlalpujahua.
Caminando por las calles empedradas y serpenteantes del pueblo llegué a mi destino: El Taller de Santa, un lugar en donde se manufacturan esferas de cristal hechas de vidrio soplado con las más caprichosas y diversas formas que nunca antes había visto, todo hecho por las hábiles manos de los artesanos mexicanos. Cientos de esferas de todos colores pensables adornaban paredes, cestas, estantes, cajas y más. Ahí los visitantes pueden ver cómo es que se pintan a mano las esferas y hasta hacer su propia creación.
Y es que Tlalpujahua es el hogar de la fábrica más grande de esferas de Latinoamérica, donde se hacen aproximadamente 38 millones de esferas al año. Incluso en el año 2012, las esferas de Tlalpujahua fueron las elegidas para adornar el pino navideño del Vaticano. De hecho, las esferas del pueblo son consideradas entre las mejores cinco de todo el mundo.