El tabaco fue otro de los aportes que América le regaló al mundo, tales como el cacao, la vainilla y el café. Se cree que los primeros cultivos se originaron en la zona de Perú y Ecuador hace aproximadamente de 3,000 a 5,000 años antes de Cristo.
Esta planta era bien conocida y utilizada por la cultura Náhutl, quienes llamaban al tabaco “Yetl”, mientras que los mayas lo denominaban “Kuots”.
El tabaco era utilizado por las culturas prehispánicas para diferentes propósitos, uno de ellos era en los rituales de purificación, como en la cultura maya, que se le conferían propiedades mágicas para alejar a los espíritus malignos de donde se encontraba un cuerpo enterrado, a lo que todos los presentes debían aspirar el humo del tabaco para estar protegidos.
El tabaco era también considerado como una ofrenda y durante las ceremonias de la cosecha era costumbre repartir cigarros de tabaco envueltos en hojas de maíz, los cuales eran fumados por los participantes. Los cigarros también eran usados como ofrendas para los “señores del monte”, en donde mezclados con el copal se encendían para llamar a la lluvia con el humo que semejaba nubes.