Washington, DC. (VOA/) – Diversos funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, con el presidente Joe Biden a la cabeza, salieron este miércoles a la palestra para defender la importancia de sacar adelante su plan de infraestructura con dos objetivos claros en mente: acelerar la creación de empleo y contrarrestar la creciente influencia de China.
El propio mandatario, que ha hecho de su billonario plan una de las bases sobre la que se asienta su estrategia de recuperación económica, esgrimió durante una breve intervención ante los medios que su propuesta -bautizada como ‘American Jobs Plan’, o Plan de Empleo Estadounidense)- es el mejor camino para salir de la crisis provocada por la pandemia y, ya de paso, renovar unas infraestructuras que necesitan ser actualizadas “desde hace tiempo”.
“Tanto está cambiando … y tenemos que liderar”, dijo Biden, quien aseguró que su proyecto es mucho más que puentes y carreteras, y enumeró, entre otras partidas, la inversión en banda ancha, en ferrocarriles de alta velocidad y en energía limpia.
El presidente afirmó que se trata de un plan no visto desde “que construimos el sistema interestatal de carreteras y ganamos la carrera espacial, hace décadas”.
Biden defendió que su plan de invertir más de dos billones de dólares en infraestructuras no sólo creará empleos, sino que además es necesario para poder plantarle cara a China y a otros países que en los últimos años han invertido mucho más que Estados Unidos en esta partida.
Aseguró que, si bien Beijing no ha descuidado su inversión en infraestructuras, “cuenta con que la democracia estadounidense sea demasiado lenta y limitada para mantener el ritmo”.
El otro punto clave a la hora de lograr respaldo a la propuesta de la Casa Blanca, es la generación de empleo, puesto que Estados Unidos aún acumula una tasa de desempleo del 6%, según los datos oficiales de marzo. Además, 8,4 millones de los 22 millones de empleos que se perdieron en los primeros meses de la pandemia no se han recuperado.
“El Plan de Empleo Estadounidense consiste en garantizar que todos los estadounidenses tengan la oportunidad de conseguir un empleo decente. Un empleo decente y bien pagado, con dignidad”, aseguró horas antes la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, durante una rueda prensa, también en la Casa Blanca.
Raimondo afirmó que, según cálculos de la Administración, la propuesta generará “decenas de millones de empleos”, lo cual, según dijo, servirá además “para sacar ventaja a China”.
A pesar de que los demócratas, que controlan ambas cámaras del Congreso y podrían aprobar este proyecto de ley por mayoría simple, Biden ha insistido en que le gustaría alcanzar un consenso con la oposición, algo que parece complicado debido al rechazo mostrado hasta ahora por parte de los legisladores republicanos.
“El debate es bienvenido, y un compromiso es inevitable; los cambios son seguros, y estaremos escuchando. Estamos abiertos a buenas ideas y a negociaciones de buena fe, a lo que no estaremos abiertos es a no hacer nada”, sostuvo el mandatario. “La inacción no es opción”.
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