El enviado especial para el Triángulo Norte de EE. UU. tiene claro que el sector privado y la sociedad civil deberán jugar un papel protagónico en la apuesta de recuperación de Centroamérica.
Washington, D.C. (VOA/) – En un análisis sobre las causas de la migración irregular de centroamericanos y el dilema que representa para el gobierno de Estados Unidos, el enviado especial del presidente Joe Biden para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, explicó que la solución a la problemática no tiene otra vista más que la creación de empleos en la región.
El funcionario del Departamento de Estado adelantó sobre las expectativas de la estrategia regional dotada de 4.000 millones de dólares para cuatro años, destinados a los países centroamericanos con miras a crear una zona económica activa en la subregión.
“Es extremadamente importante reforzar al sector privado en Centroamérica con la sociedad civil, y los sectores de la sociedad civil para empezar a trabajar en una dinámica más robusta”, dijo Ricardo Zúñiga.
También es claro, sostuvo, que el trabajo no puede desarrollarse sin compromisos ni acuerdos con los gobiernos de turno en los países de la región. El funcionario abonó sobre las líneas del plan regional en un foro virtual realizado por el centro de análisis Consejo de las Américas (AS/COA), esto a dos semanas de haber realizado una gira por la región que le llevó a encuentros con representantes de los gobiernos de Guatemala y El Salvador, así como con actores del sector privado y de la sociedad civil de ambos países.
A su regreso a Washington, Zúñiga también se reunió con la representación diplomática de Honduras en la capital estadounidense para avanzar en las discusiones.
Para el funcionario es claro que, en el contexto actual, la estrategia regional demanda un manejo en paralelo de los factores históricos que impulsan las migraciones de centroamericanos hacia Estados Unidos, como los factores adyacentes que han robustecido el fenómeno en los últimos meses por la crisis generada por la pandemia y el impacto de los desastres naturales.
“También estamos trabajando para promover una regulación más rigurosa para frenar las migraciones… Es un ambicioso cambio, el punto es que necesitamos hacer y construir factores nuevos con actores clave en Centroamérica”, agrego.
Martha Bárcena, ex embajadora de México ante Estados Unidos, también invitada a la discusión, ve oportuno que la Administración Biden apueste por un giro en el tratamiento más robusto para la región; aunque señaló que sigue siendo discutible la visión de la potencia del norte, que mira el tema migratorio como asunto de mera seguridad nacional, cuando, según argumentó, responde a unas dinámicas económicas de oferta y demanda de mano de obra.
También Bárcena, nombrada por el presidente Manuel Andrés López Obrador, en 2018, para dirigir la legación diplomática en Washington -cargo que dejó para jubilarse a principios de este año- agregó que otro de los obstáculos a la hora de hacer frente al tema migratorio es que la solución esta en manos del Congreso, y los presidentes de Estados Unidos poco pueden hacer para encontrar o negociar soluciones junto a otros gobiernos de la región.
La ex diplomática, con una carrera de 43 años en la cartera de exteriores en México, también opinó que mientras no exista una equidad en los salarios entre los países será difícil sostener los flujos de migrantes. Pero enumeró algunos sectores como el turismo que podrían despuntar bajo un plan bien estructurado.
También matizó que cualquier nuevo plan de recuperación económica regional debe contemplar los efectos del cambio climático y el impacto que ya experimentan amplias zonas del continente americano ante el fenómeno global.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, tiene estudios que detallan las pérdidas que está causando el cambio climático en el Triángulo Norte; en un foro realizado la semana pasada, se revisó la oportunidad que representaría para la Administración Biden apuntalar la protección del medioambiente y la reversión de los efectos del cambio climático como parte de la agenda climática en su plan para Centroamérica.
La oferta del presidente Joe Biden no goza del mismo entusiasmo entre los gobiernos de la región. En el caso de El Salvador, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha menospreciado la iniciativa al punto de calificarla como “plan reciclado”.
La migración irregular de Centroamericanos, en especial de los países del llamado Triángulo Norte, ha puesto en máxima alerta a las autoridades estadounidenses este año con una elevada cifra de detenciones en la frontera que ha superado los acumulados mensuales de los últimos 15 años hasta un aumento del 70%; además de la llegada de menores no acompañados que están recluidos en los centros de detención, y en las ciudades fronterizas del lado mexicano, los albergues han anunciado no dar abasto ante la llegada de más migrantes.
También Bárcena, nombrada por el presidente Manuel Andrés López Obrador, en 2018, para dirigir la legación diplomática en Washington -cargo que dejó para jubilarse a principios de este año- agregó que otro de los obstáculos a la hora de hacer frente al tema migratorio es que la solución esta en manos del Congreso, y los presidentes de Estados Unidos poco pueden hacer para encontrar o negociar soluciones junto a otros gobiernos de la región.
La exdiplomática, con una carrera de 43 años en la cartera de exteriores en México, también opinó que mientras no exista una equidad en los salarios entre los países será difícil sostener los flujos de migrantes. Pero enumeró algunos sectores como el turismo que podrían despuntar bajo un plan bien estructurado.
También matizó que cualquier nuevo plan de recuperación económica regional debe contemplar los efectos del cambio climático y el impacto que ya experimentan amplias zonas del continente americano ante el fenómeno global.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por ejemplo, tiene estudios que detallan las pérdidas que está causando el cambio climático en el Triángulo Norte; en un foro realizado la semana pasada, se revisó la oportunidad que representaría para la Administración Biden apuntalar la protección del medioambiente y la reversión de los efectos del cambio climático como parte de la agenda climática en su plan para Centroamérica.
La oferta del presidente Joe Biden no goza del mismo entusiasmo entre los gobiernos de la región. En el caso de El Salvador, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha menospreciado la iniciativa al punto de calificarla como “plan reciclado”.
La migración irregular de Centroamericanos, en especial de los países del llamado Triángulo Norte, ha puesto en máxima alerta a las autoridades estadounidenses este año con una elevada cifra de detenciones en la frontera que ha superado los acumulados mensuales de los últimos 15 años hasta un aumento del 70%; además de la llegada de menores no acompañados que están recluidos en los centros de detención, y en las ciudades fronterizas del lado mexicano, los albergues han anunciado no dar abasto ante la llegada de más migrantes.