Crónicas del Poder
“…El Carnaval del Covid…”
La crisis sanitaria se ahonda cada vez más con el empuje de lo que algunos estudiosos llaman la “tercera ola”, Covid 19 se intensifica y de manera clara nos anuncia una especial larga permanencia, el país entero se sacude con crecientes cifras de contagios ascendentes -apenas ayer se contabilizaron cerca de 20 mil en un solo día, con números también crecientes por cientos de defunciones-, la atención a la pandemia ha sido como se conoce hasta el cansancio, una pésima forma de preservar la salud de los mexicanos, rezagos, desabastos, sistemas de salud impugnados y criminal charlatanería de los encargados de explicar y atender la secuencia trágica de la pandemia.
Héctor Aguilar Camín lo acaba de expresar en diversos medios de manera precisa, “…Insistiré en la alarmante falta de alarma y en la pobre movilización pública contra la tercera ola del coronavirus que recorre México. No es que no se haga nada, es que no se asumen decisiones y conductas extraordinarias ante la emergencia nuevamente extraordinaria de la pandemia. Volvemos a escuchar llamados del presidente a no tener miedo de que se infecten los niños, pues su hijo se infectó y no sucedió nada. Volvemos a escuchar en las conferencias de prensa oficiales que las cosas no son para tanto. Vemos calles, transportes, comercios, restaurantes, fiestas con mucha gente sin cubrebocas. Volvemos a encontrar en las redes y los medios advertencias de los expertos diciendo que el momento es serio otra vez, que México se está equivocando de nuevo en su estrategia frente al virus, en especial frente a la variante delta, ante la cual se dice que incluso los ya vacunados necesitarán un refuerzo. Los hospitales están empezando a saturarse de nuevo a un nivel crítico, con cifras puras y duras tomadas de fuentes oficiales. Los porcentajes de infección, hospitalización y muerte crecen cada semana, pero no vemos reacciones equivalentes de emergencia en el gobierno ni de cuidado en la sociedad. No vemos al gobierno convocar a los actores públicos fundamentales para pensar y planear juntos qué hacer…”
“…El presidente no se reúne con los gobernadores a ver cómo acelerar la vacunación y multiplicar la prevención. Los gobernadores no hacen lo propio con los presidentes municipales. Las autoridades de salud no hablan con los profesionales de la salud, ni convocan a los expertos para acordar estrategias. No vemos a las autoridades educativas que quieren abrir las escuelas en agosto hablar con el magisterio, ni con los padres de familia, ni con las autoridades educativas de los estados y los municipios. No hay estrategia de emergencia contra el virus en el gobierno, ni hay en la sociedad precauciones suficientes. De algún modo estamos dando al virus por muerto justo cuando vuelve a vivir. Como si nada pasara…”
En Ciudad Juárez en particular también se cierne la sombra pavorosa de la tercera ola, a pesar de los efectos benévolos de la cobertura ya amplia de la campaña de vacunación, de ninguna manera se pueden echar las campanas al vuelo o al cómodo triunfalismo al respecto, se sabe que la efectividad de las vacunas aun siendo altamente positivas, no representan certeza absoluta de inmunización, por lo tanto los recursos del cubrebocas y el distanciamiento social seguirán siendo por largo tiempo indispensables escudos en contra del ya legendario bicho.
Aun así, en conciencia del grado de peligrosidad sanitaria existente, Ciudad Juárez, gracias a las “buenas gestiones” de la administración municipal saliente, se dispone a la realización multitudinaria de una Feria que algunas voces perspicaces ya denominan “Coviferia”. Para hacer efectivo semejante logro, se gestionó en Cabildo con la aprobación de la instancia estatal de salud correspondiente, la cantidad de 5 millones de pesos para llevar a cabo la implementación de infraestructura de la mencionada y polémica Feria de cierre de la administración municipal.
Se sabe que potencialmente se congregarán cientos de seres humanos al día en las instalaciones que se dispongan con certeza en la Plaza de la Mexicanidad, esto no espantó ni mucho menos a los organizadores que argumentan que la vacunación está lo debidamente avanzada en su proceso que ya es innecesaria la medida de evitación de propiciar congregaciones populares y populosas. Es tiempo de renovar la visión de negocios, dada la circunstancia y el momento, es bien poco lo que preocupa el sentido de cuidado social para la preservación sanitaria de la ciudad, aun habiendo sido golpeada la administración en “carne propia” por la pandemia, las urgencias de ganancias y de camino distractor del retiro de la misma, con más pena que gloria, se han sobrepuesto a las precauciones preventivas de una escalada insospechada de la pandemia, especialmente en lo que se conoce como la variante delta del virus.
Cabe resaltar que este tipo de decisiones son posibles porque dependen en última instancia de unas cuantas voluntades en el poder administrativo tanto municipal como estatal, manipulando la compleja circunstancia prácticamente al libre arbitrio de algunos sujetos clave considerados para la aprobación del desarrollo de un evento de esta naturaleza en un contexto de alto riesgo sanitario, sin duda que la actividad económica y su reactivación son ya una necesidad en Ciudad Juárez, en todo México, por supuesto, es un hecho palpable y lógico que la sociedad está fatigada, hastiada por los meses largos de encierro y contención, esto es indiscutible. Sin embargo, tentar al crecimiento peligroso de esta oleada y sus funestas posibles consecuencias en este momento, realizando un evento como una Feria de naturaleza multitudinaria, tampoco parece ser una decisión que deba ser aplaudida, ni mucho menos.
Insisto, la decisión es tomada en el consentimiento de unos cuantos personajes que ocupan posiciones de poder hoy, sin mediar claramente un proceso racional de deliberación informada que prevenga de los elementos a considerar para evitar renovadas masificaciones de las tragedias ya dolorosísimas producidas por la pandemia, es sin duda una responsabilidad que en un sentido o en otro llevarán a cuestas estos personajes que aprobaron la determinación de la viabilidad del festejo masivo.
Afortunadamente la sociedad civil fronteriza se manifiesta de manera autónoma a través de las redes sociales, de manera prominente se puede observar la actividad en la página change.org, en la cual hasta la hora de escribir esta Columna se habían agregado la cantidad de 52 mil 744 firmas y sumando, en el sentido del apabullante repudio cívico a la iniciativa inescrupulosa de llevar a efecto esta especie de Carnaval Covid en Ciudad Juárez, lamentable y distractor legado de la crepuscular administración bajo la responsabilidad de Armando Cabada.
Se espera y desea, que el festejo terminal de la agónica y anodina administración municipal no degenere en un pavoroso carnaval de contagio, sufrimiento y dolor humano.
Así con la herencia de nuestra paupérrima clase política.
Sergio Armendáriz
Comunicador en Radio, TV, Prensa Escrita y Portales Electrónicos. Académico Universitario. Funcionario Educativo. Miembro Consultivo en OSC.
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