El día en que la Sagrada Familia de Barcelona se pueda contemplar acabada está cada vez más cerca, aunque la incertidumbre generada por el covid impide por ahora a sus constructores fijar una fecha.
Barcelona (Sputnik) – Lo seguro es que no se terminará en 2026 tal como estaba previsto, después de una pandemia que dejó a la monumental basílica ideada por Antoni Gaudí sin visitantes o ingresos durante meses.
“Era compromiso del Patronato finalizar las obras en 2026, pero por efectos de la pandemia eso no será posible, ya que la principal fuente de financiación quedó reducida prácticamente a cero cuando tuvimos que cerrar las puertas”, afirmó este martes el director general de la Junta Constructora, Xavier Martínez.
El jefe de la fundación dedicada a la construcción del templo, que comenzó en 1882, compareció ante los medios junto al arquitecto director, Jordi Faulí, en la tradicional rueda de prensa anual para dar cuenta del estado de las obras.
Según Martínez, la ligera reactivación de visitas turísticas experimentada en los últimos meses está todavía lejos del volumen de 2019, cuando más de 4,5 millones de visitantes dispararon los ingresos del monumento por encima de los 100 millones de euros
“No prevemos recuperar hasta 2024 la actividad que teníamos antes de la pandemia, y por eso estamos siendo muy cautos a la hora de hacer previsiones para el futuro”, explicó el director general.
Sin turistas para costear las obras
Tras cerrar sus puertas en mitad de un confinamiento nacional en marzo de 2020, la Sagrada Familia intentó reanudar su actividad en verano, recibiendo a 12.000 personas antes de clausurar de nuevo en septiembre por la cuarta ola pandémica.
El segundo intento, el 29 de mayo de este año, comenzó de manera gradual en un horario de fin de semana que se fue ampliando hasta recuperar las horas habituales en agosto.
Desde entonces pasearon por el templo 359.000 personas, principalmente españoles (un 33 por ciento), europeos y estadounidenses.
La Junta Constructora prevé terminar 2021 con aproximadamente 810.000 visitas, un 17 por ciento de las que se recibían anualmente antes del covid.
“Para 2022 las previsiones están en la misma línea, pero somos optimistas y esperamos recuperar entre el 25 y 40 por ciento de visitas hasta los 1,6 millones”, dijo Martínez.
La caída de visitantes tuvo un impacto directo en el presupuesto de obras, ya que la Sagrada Familia es autofinanciada y depende por completo del dinero que aportan sus visitantes.
En comparación con los entre 60 y 65 millones de euros que se invirtieron en avanzar la construcción en 2019, en 2021 solo se emplearon 8,2 millones, que se espera que crezcan a entre 31 y 34 millones el año próximo.
En la recta final de construcción
Pese a las trabas del covid, la imponente basílica encara en los próximos años la última fase de compleción con el levantamiento de seis torres centrales que acercarán el edificio al cielo.
La primera en acabarse, dedicada a la Madre de Dios, será presentada el 8 de diciembre tras completar el montaje de una gran estrella iluminada que coronará sus 138 metros de altura.
Según explicó el arquitecto director, entre los próximos pasos están la culminación de la primera de las cuatro torres dedicadas a los Evangelistas, la de Lucas, y la restauración de la fachada del Nacimiento construida en el año 1900.
Faulí desveló además el aspecto del que será el punto más alto del templo, la torre de Jesucristo, una ambiciosa construcción de más de 172 metros que se realizará “siguiendo todas las indicaciones que dejó Gaudí”.
Su terminal, de 17 metros de altura, acaba con una cruz de cuatro brazos de 13 metros de ancho y forma acampanada a la que podrán acceder los visitantes.
De día la cobertura de cristal y cerámica reflejará la luz del sol creando un efecto “chispeante, y de noche se iluminará mediante focos ubicados en las puntas, tal como constaba en los planes para el templo hace décadas.
Aún es pronto para prever un final
“Nuestro compromiso está en finalizar las obras tal como hemos demostrado este año con el importante esfuerzo de la primera torre”, sostuvo el director general de la Junta preguntado sobre la culminación del monumento.
El año 2030 como meta sería “una ilusión” y “algo deseable” después del retraso por culpa del covid, aunque de momento los constructores se ven “incapaces” de hacer pronósticos dada la complejidad de reiniciar todas las obras que se suspendieron durante meses.
Tras descartar el 2026, centenario de la muerte Gaudí, hay varias fechas que se podrían hacer coincidir con la finalización de la basílica, aunque no será hasta 2024 cuando la Junta se aventure a fijar un calendario para este hito.
Pese a todo, Martínez y Faulí se mostraron convencidos de que será su generación la que culmine las obras del espectacular templo modernista, que de posponerse a la próxima década se habrán prolongado un siglo y medio.
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