La última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el 18 de septiembre, reunió en un solo foro los encuentros y desacuerdos del subcontinente, pero dejó abierta la puerta para construir un espacio común de integración como la Unión Europea (UE), propuesto por el país anfitrión.
Ciudad de México (Sputnik) – El doctor en economía José Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a la Agencia Sputnik que la propuesta de López Obrador para impulsar un proceso de integración como la UE “sin duda pone sobre la mesa el debate sobre democracia y derechos humanos, que es precisamente el énfasis del Tratado de Maastricht”, que dio origen al pacto europeo.
Ese acuerdo pone énfasis en los asuntos relacionados con la democracia y los derechos humanos.
“Es en estos dos aspectos en los cuales toma relevancia la presencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua —más allá del nivel de representantes que asistieron a esta reunión de la Celac, comenta—, porque si se quiere impulsar un desarrollo sostenible en el subcontinente, sin duda se debe avanzar en esos dos aspectos que se cuestionan principalmente en esos tres países”, añade el académico en declaraciones a esta agencia.
El reconocido investigador de la UNAM agrega que esas materias políticas tienes también importancia en otras naciones de la región.
Se refirió en particular a países donde “por actos de corrupción no se impulsan las economías y se frustran los avances propios de sus sociedades como en Honduras, El Salvador, Argentina, Brasil y Colombia, donde se otorgan grandes recursos y se quedan en el ámbito privado, pero no fluyen a los colectivos de esas naciones”.
El referente
En las primeras frases de su discurso en el Palacio Nacional mexicano, el presidente Andrés Manuel López Obrador convocó a construir un poder político y económico regional similar a la UE que surgió de aquel tratado de Maastricht.
Sin entrar en los detalles del pacto que entró en vigor en noviembre de 1993 -y ahora sufre el prolongado tormento de la salida de Gran Bretaña en el llamado Brexit-, el jefe de Estado anfitrión propuso en su discurso inaugural su interpretación de aquel modelo.
“El ideal de una integración económica con EEUU y Canadá en un marco de respeto a nuestra soberanía, construir en el continente americano algo parecido a lo que fue la Comunidad Económica que dio origen a la actual Unión Europea”, propuso Lopez Obrador.
En el terreno político planteó que los jefes de Estado se comprometan a respetar las decisiones internas de los pueblos y “que ningún Gobierno se arrogue la facultad a someter a otro país bajo ningún motivo, causa o pretexto, o la utilización de dinero, propaganda sanciones económicas diplomáticas o el uso de la fuerza”.
El bloque europeo surgió de la firma en Maastricht, Países Bajos el 7 de febrero de 1992, tras la caída del Muro de Berlín en 1989, que marcó el fin de la Guerra Fría.
El Tratado de la Unión Europea se firmó para fundamentar los intereses de las comunidades europeas, con dos ámbitos de cooperación centrales: una sola política exterior y seguridad común; y un solo ámbito de justicia en asuntos de política Interior.
Resultados de la cumbre
El doctor Martínez, posgraduado en Economía de la Universidad Complutense de Madrid, dijo además a la Agencia Sputnik que los resultados se presentan en tres ámbitos: en el diálogo político; en la discusión sobre democracia; y en los mecanismos de cooperación en materia sanitaria, cambio climático y colaboración en tecnología.
En lo político, la apertura del diálogo político ocurrió “al más alto nivel” porque asistieron tanto presidentes y ministros de los países integrantes de la Celac”.
Otro segundo aspecto decisivo fue que se ventilaron las acciones de las naciones en torno a derechos humanos, democracia y libertad, prosiguió.
Un tercer aspecto es el impulso de nuevos mecanismos de cooperación en torno a el ámbito sanitario y comunicaciones satelitales, detalla.
“Sin duda encontramos que en esta Celac se abre la puerta a una transformación muy importante de este organismo, que nos estará llevando a la reunión que se celebrará el año próximo en torno a la próxima Cumbre de las Américas”, anticipa Martínez.
Podrán preparar el terreno en 2021 y 2022 en las siguientes tres áreas muy importantes, indica: la referente a la migración; la cooperación para el desarrollo sostenible; y la referente a democracia y derechos humanos.
“Si los países del subcontinente latinoamericano y caribeño, de manera coordinada, establecen diálogos para poder tener una sola voz ante Washington podrán avanzar para la transformación en su desarrollo, sus ordenes políticos democráticos, y el crecimiento económico”, puntualiza.
Esa reunión será convocada por el presidente de EEUU, Joe Biden, a un año de desarrollarse el foro de la Celac, donde “sin duda los países tendrán que desarrollar mecanismos de cooperación para alcanzar un diálogo hacia el futuro con el país más influyente del continente”, puntualizó.
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