Islamabad (VOA) – Decenas de fieles murieron y otros resultaron heridos el viernes debido a una poderosa bomba que estalló en una abarrotada mezquita musulmana chiíta en la provincia de Kunduz, en el noreste de Afganistán.
Nadie asumió de inmediato la responsabilidad del atentado en la zona de Sayed Abad de la capital provincial, también llamada Kunduz.
Naciones Unidas tuiteó que estaba “profundamente preocupada” por los informes de bajas “muy altas” en el ataque.
“La información inicial indica que más de 100 personas murieron y resultaron heridas en un atentado suicida dentro de la mezquita”, tuiteó la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán.
El portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, confirmó el ataque y dijo que “mató e hirió a varios compatriotas”. Afirmó que las fuerzas talibanes estaban en el lugar y que se estaba llevando a cabo una investigación. Otros detalles no han sido informados.
Otros funcionarios talibanes sospechaban que el grupo terrorista Estado Islámico de la provincia de Khorasan estaba detrás del ataque mortal, que siguió al atentado suicida del domingo contra una mezquita principal en Kabul.
Ese ataque en el centro de la capital afgana mató al menos a ocho personas. IS-Khorasan se atribuyó la responsabilidad y dijo que varios miembros del Talibán estaban entre los muertos.
El grupo terrorista se ha atribuido el mérito de haber llevado a cabo otros atentados mortales en los últimos días contra combatientes talibanes en Kabul y en otras partes de Afganistán.
Los talibanes recuperaron el poder en agosto en Afganistán después de librar una insurgencia contra las fuerzas lideradas por Estados Unidos en Afganistán durante 20 años. Pero el gobierno naciente del grupo islamista se enfrenta ahora al desafío de IS-Khorasan.
Los talibanes dijeron a principios de esta semana que sus fuerzas de seguridad lanzaron una operación contra las bases de IS-Khorasan, destruyendo una de ellas en Kabul y capturando al menos a 15 miembros del grupo.
Los medios afganos citaron a Mujahid el jueves como minimizando la amenaza planteada por IS-Khorasan, prometiendo que las fuerzas talibanes pronto la reprimirán.
“No llamamos a Daesh una amenaza, pero lo llamamos un dolor de cabeza”, dijo Mujahid, utilizando un acrónimo local de IS-Khorasan. “Crea dolores de cabeza en algunos lugares, pero se elimina de inmediato en cada incidente; (ellos) han sido expulsados y sus santuarios encontrados”, informó el canal de noticias TOLO citando al portavoz talibán.
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