Expertos hacen propuestas a Facebook para mejorar mecanismos de acceso a información confiable, con respeto a los principios de libertad de expresión en las Américas. Consideran que la autorregulación y moderación de contenidos todavía representa un reto.
Washington, DC. (VOA) – La ingente cantidad de desinformación que circula por las redes sociales preocupa a los expertos, que creen que la autorregulación es sólo una de las múltiples estrategias para corregir ese problema.
En los países latinoamericanos, las propuestas surgidas para hacer autorregulación en las redes sociales están enfocadas en restringir a los usuarios, pero poco proponen las legislaciones sobre la responsabilidad de las compañías tecnológicas, dijo Gustavo Gómez, director del Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencias (Observacom) en Uruguay, en un evento reciente para discutir la problemática.
“La autorregulación como única solución, aún en la mejor de las experiencias, no puede sustituir a la regulación pública, o los controles democráticos que se deben dar sobre poderes fácticos tan importantes”, dijo Gómez en el evento auspiciado por el Diálogo Interamericano en Washington DC.
Una docena de organizaciones del continente ha desarrollado una propuesta de estándares para regulación democrática, que son regulaciones consensuadas, en un esfuerzo de consulta pública donde han participado incluso las plataformas de redes sociales, aseguró.
Mostrar pezones vs. campañas de cáncer de mama
La prohibición de Facebook de mostrar pezones femeninos en su plataforma choca con las campañas de prevención del cáncer de mamas en países como Brasil o Argentina. También aísla todavía más a mujeres indígenas de los pueblos amazónicos, donde el pecho desnudo es parte de la vida natural, dijo la experta colombiana Catalina Botero, vicepresidente de la junta de supervisión independiente de Facebook.
“Buena parte de nuestras recomendaciones han estado dirigidas a repensar el uso de la inteligencia artificial para moderación de ciertos contenidos. Un ejemplo perfecto es el cáncer de mama”, explicó Botero, quien fungió años atrás como relatora para Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Facebook dispuesto a cambios
Hace un año que inició la junta de supervisión independiente de Facebook, una entidad independiente con presupuesto propio para hacer observaciones e indagar sobre algunas políticas de la compañía en cuanto a contenidos.
El trabajo está avanzando y las correcciones van en camino, dice el argentino Nicolás Comini, gerente de políticas públicas de Facebook para América Latina.
El tema de las campañas de cáncer de mana en Brasil ha sido uno de los primeros puntos donde ha habido coincidencia con las observaciones del grupo independiente de expertos, explicó.
Sin embargo, dentro de la compañía al recibir las observaciones también se deben realizar valoraciones técnicas de cómo implementar cambios y cómo estos se adecuen al modelo de negocios, agregó.
“Muchos de los cambios más visibles están relacionados con temas de transparencia y esto incluye desde publicar nuestro sistema de advertencias hasta lanzar y continuar probando nuevas experiencias de usuarios con codificadoras adicionales”, ahondó Comini.
Esfuerzos conjuntos para corregir desinformación
El investigador uruguayo Edison Lanza, ex relator para Libertad de Expresión de la CIDH, quien ha realizado un informe sobre el resultado del trabajo de la junta independiente, dice con optimismo que hay avances, pero que aún queda mucho terreno por recorrer.
Sobre todo con los acontecimientos de los últimos días que dejan ver cómo las compañías tecnológicas de redes sociales muestran su lado más oscuro en sus formas de operar dentro del océano virtual y cómo se vulneran derechos de los usuarios.
También preocupa, dijo Lanza, el uso de algoritmos para operar y la discrecionalidad con que empresas como Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram definen sus políticas de contenidos.
“Los acontecimientos de los últimos días vuelven a poner el tema al debate público internacional… [es de destacar] el trabajo que han hecho las plataformas para subsanar muchos aspectos vinculados a discursos problemáticos, discriminación deliberada o desinformación y la polarización”, explicó Lanza.
Mary Hansel, experta en derechos humano y litigación de la Universidad de California, dijo que el problema de las plataformas de redes sociales es que el público no cae en cuenta de que, al ser un producto “gratuito”, vale la pena retomar un dicho de los años 1970: “si no lo pagas, el precio eres tú”.
El público debe caer en cuenta que en las redes sociales la mercancía la constituye el usuario, que termina convertido en el “producto que venden las redes sociales”, pero que no está del todo explicado en el debate global sobre las audiencias, redes sociales y la desinformación, entre otras minucias del fenómeno actual de masas.
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