Esta semana salió a la luz información donde se reconoce que durante la administración de Javier Duarte los pacientes menores de edad recibieron agua destilada en lugar de quimioterapia. Después de recitar mil majaderías, ¿qué haces?
La gravedad de esta situación no es solo el engaño al administrar agua destilada en lugar de medicamento, esto va más allá.
Tan solo cuando una persona tiene cáncer, el tiempo es oro. A cada paciente se nos desglosa un tratamiento que consiste en varios ciclos o sesiones del tratamiento, por ejemplo, varias sesiones de quimio o radiación.
Una parte FUNDAMENTAL para que el tratamiento sea efectivo es que, además de los cuidados en casa y los cambios en el estilo de vida, los pacientes deben de ser constantes y no faltar a ninguna sesión.
En este hospital de Veracruz, los padres y las madres de los menores afectados cumplieron.
Ellos cumplieron, desde el principio llevaron a sus hijos al médico cuando notaron algún síntoma. Ellos cumplieron al respetar el tratamiento. Posteriormente, ellos cumplieron al llevar a sus hijos a las sesiones de quimio, tal como lo indica el personal médico.
Las familias cumplieron, el Estado les falló.
¿Han estado en un cuarto de quimio en un área infantil?
Yo sí, muchas veces: como paciente, como familiar y como visita. No entraré en detalles, sobra decir que NO es fácil y NO es sencillo llevar a un menor a recibir quimioterapia. No es fácil para los pacientes y no es para nada fácil para los familiares. Es un proceso lento, incómodo y doloroso para todos.
Esto quiere decir que, en Veracruz, durante una o varias sesiones de quimio, las familias se esforzaron e hicieron todo lo posible para que sus hijos recibieran su medicamento de manera puntual. Y me refiero al enorme esfuerzo emocional, físico y económico que esto conlleva.
No. No es solo el engaño de no administrar el medicamento. Es el gran impacto que este hecho tiene en la vida de estas familias y en la salud de los menores. Es la manipulación y el uso de poder para abusar de quien sea, como sea con tal de obtener más: más poder, más recurso.
Me queda claro que eso no es algo realizado por una sola persona. No, aquí hay “tapón y tapadera”, y aunque carezco de más información para señalar al culpable, me queda claro que para vender, comprar y usar agua destilada como quimioterapia debe de haber varias personas involucradas.
Así que: si tu sabías y no hiciste nada, debes tener muy claro que eres tan culpable como el que dio la orden.
¿Quién le va a devolver a esos niños los ciclos de quimio que perdieron?
¿Quién le va a devolver la confianza a las familias?
¿Quién le va a explicar a los menores que necesitaran más medicamento?
Las familias cumplieron, el Estado y los involucrados les fallaron.
Lourdes Tejada
Titulada en Diseño gráfico y pasante de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social. En su experiencia destaca el ser co-fundadora de una asociación civil y ser miembro fundador de una red de agrupaciones juveniles. Ganadora del Premio Nacional UVM por el Desarrollo Social, cuenta además con el Premio Estatal de la Juventud, el Reconocimiento a Mujer del Año de Ciudad Juárez y la mención de Mujer Líder de México.