Leyendo un interesante texto del director de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington Bruno Petinaux (el nombre lo investigué en Google, podría no ser), quien da cuenta que el cerebro de las personas adultas es más productivo en el rango de entre los 60 y los 80 años.
No echen las campanas a vuelo, tomemos las cosas con calma debido a que hay ciertos condicionantes tales como: buena salud, que se haya mantenido el cerebro en actividad constante, que la persona esté en movimiento, que tenga gusto por la vida entre otros requisitos. El estudio ubica la mejor época de la asertividad cognitiva la edad de entre 60 y 70 años, el segundo rango entre los 70 y 80 años y finalmente el tercer mejor rango entre los 50 y 60 años y explica muchas razones de ello. Aclara que si bien el cerebro de los hombres y mujeres jóvenes es más rápido, el del adulto mayor es más eficaz producto de la madurez y pone múltiples ejemplos: las empresas más poderosas de mundo son dirigidas por personas entre los 60 y 70 años en promedio, la edad de los Papas fluctúa entre los 70 y 80 años, los ministros de las iglesias más influyentes tienen alrededor de 70 años, los presidentes de EUA tienen una edad promedio de 68 años y sigue una larga lista de personas longevas en posiciones relevantes en todo el mundo.
“Ya no los hacen como antes”.- Por eso la posibilidad esgrimida en el título de esta publicación entrevé la posibilidad de que las personas de edad avanzada estemos de moda. Existe una frase concebida para los automotores antiguos que puede ser aplicada también en las personas, esta es, “Ya no los hacen como antes“. La comparación entre los que nacimos entre 1950 y 1960 ( Baby Boomers) y los nacidos entre 1997 y 2012 mismos que son llamados La Generación Z (o de cristal) es hasta abusona, ahora, como su nombre lo dice son más frágiles, todo los deprime, todo los quiebra, todo los enferma, nosotros estábamos construidos a prueba de bombas. Un pequeño relato que viene a cuento: En los años ’60s tenía yo como diez años cuando consumí unos tacos de barbacoa en Cd. Juárez cuya carne estaba descompuesta, me dio una calentura elevada esquina con fiebre pero salí con vida, en cambio a otras personas menos afortunadas o más débiles los mató, el comerciante pasó a la historia como “El taquero asesino“. Si, estamos bien construidos, somos como la serie de películas de Bruce Willis, “Duros de matar“. Recién me entero que estoy en los mejores años de mi vida en el plano intelectual. Ojalá y esta información llegara a capitanes de poderosas empresas y lejos de considerarnos desahuciados laboralmente hablando, aprovechen nuestras potencialidades y experiencia. En países orientales básicamente las personas de mayor edad son piezas importantes en la organización social, se les consulta y respeta, aquí en México si nos ocupan de cerillos (empacadores) en algún supermercado hemos de sentirnos afortunados…
¿Victoria sin gloria o derrota honrosa? Se cuenta que en cierta carrera de fondo, desde los cinco kilómetros hasta el maratón (42,195 mts) así se consideran, el deportista keniano Abel Mutai iba ganando la carrera por varios metros al esforzado corredor español Iván Fernández, ambos eran los líderes indiscutibles, sin embargo al acercarse a la meta debido a la señalización el africano se confundió y se detuvo, el atleta español se percato de la situación y le gritó que siguiera corriendo, Abel no entendía nuestro idioma y siguió inmóvil, el pundonoroso corredor ibérico lo empujo hacia adelante y se ubicó en el segundo lugar pudiendo fácilmente ganar él aprovechando el desconcierto del keniano. Lo entrevistó un periodista de su país y le preguntó, ¿por qué dejaste ganar a Kenia? Responde Iván, no lo dejé ganar el iba adelante y merecía ganar. Vuelve a inquirir el periodista, “Pero tu pudiste haber ganado” responde el español con una serie de interrogantes, ¿cuál sería el mérito de ese triunfo?, ¿cuál sería el honor de esa medalla?, ¿qué diría mi madre de eso? No se a usted apreciable lector, a mi me dejó un grato sabor de boca esa historia, los valores de ese joven eran acendrados y de seguro firmemente implantados en su hogar, es mentira y poco digno el tratar de ganar como sea, eso es de aprovechados, ventajosos, deshonestos e infelices. Ignoro la veracidad de ese relato, puedo suponer que es verídico porque se da el nombre de los involucrados, me pregunto, ¿algún día de nuestro país podrán surgir seres de esa categoría y podremos subir con dignidad a los podios de los vencedores? No se a usted, a mi me decepcionaron las cuatro medallas de bronce en las pasadas olimpiadas, mi teoría es que no se está fomentando adecuadamente el deporte en México, ni la cultura, ni la educación, ni la salud… ni nada.
CFE, ¿de clase mundial? Para cobrar si, en su servicio, permítanme que me sonría, ría y carcajeé. Hoy jueves 25 de noviembre estuve en las oficinas de la paraestatal con motivo de pagar mi recibo mensual domiciliario, el pago lo realicé con tarjeta de la CFE y de cuatro cajeros electrónicos, sólo uno de ellas leía la tarjeta para efectuar el pago y además estaba lentísima, causando molestia entre los usuarios quienes en su mayoría al igual que yo íbamos a pagar de esa manera. Algunos de los que ya habían realizado el pago comentaron que habían ido varias veces durante el día sin éxito, porque entonces ningún cajero podía leer las mencionadas tarjetas de la CFE. Les mencioné a los compañeros ocasionales de la fila que yo escribía en diferentes medios de comunicación entre ellos El Diario del Noroeste e iba a dar testimonio de su inconformidad y molestia, lo más recurrente fue la descalificación y burla a la “Supuesta” y cacareada clase mundial de la empresa.
“Y si fuego es lo que arde en los ojos de los jóvenes, luz es lo que vemos en los ojos del anciano”
– Victor Hugo
“Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer”
– Sir Francis Bacon
“Mi agenda secreta es transmitir mis valores a mis hijos”
– Robert Fulghum
¿Quieres compartir información o enviar boletines de prensa? ¿Tienes dudas? ¿Necesitas verificar alguna nota?
No dudes en enviarnos un correo
¿Valoras nuestro trabajo? Apóyanos con tu patrocinio.
https://www.adiario.mx/patrocinios/