Hay quienes no se cansan de repetir que muchos de los que votamos por AMLO estamos decepcionados y no volveremos a votar en favor de quienes estén comprometidos con la continuidad y el reforzamiento de los postulados de la Cuarta Transformación de nuestro país; repiten y repiten por todos los medios que estamos arrepentidos y que ya no lo vamos a apoyar. Nada más alejado de la realidad.
Seguro es que hay quienes se dejan influenciar por toda la avalancha de información que, a través de los medios tradicionales y de las nuevas tecnologías, se despliega día con día, cada vez con mayor virulencia para descalificar hasta la más noble de las acciones emprendidas por el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero son los menos o, para ser un poco sarcástico, son casi los mismos.
Es claro que mucha de la información negativa relacionada con el presidente, su gobierno y la denominada 4T está distorsionada de manera intencional y son muchos los ejemplos en los que, si se investiga a fondo, esas mentiras caen por su propio peso.
Lo anterior no significa que quienes han emprendido esa cruzada anti-4T dejen de mentir y mucho menos que acepten que lo están haciendo, al contrario, reaccionan con mayor agresividad e incluso incrementan la frecuencia de sus comentarios para tratar de hacerlos virales y que a fuerza de repetirse la gente se los crea.
Pero es un hecho que entre más denuncian los supuestos males de la Cuarta Transformación más se polariza la opinión pública, lo cual, afortunadamente para quienes creemos en este proyecto, no ha tenido un impacto determinante en el número de simpatizantes amlistas, al contrario. Es decir, crece el encono y el rechazo entre la población inconforme, pero esa inconformidad, de acuerdo con los sondeos realizados incluso por los medios y encuestadoras identificadas con los promotores del anti-cuatroteísmo, no permea en los sectores populares, que siguen siendo mayoría.
Se confirma que AMLO habla en nombre del “México de abajo” -como lo denomina Jorge Zepeda Patterson- y que los que se identifican con ese México se lo reconocen y no permiten que la crítica de la prensa y la que se da entre los sectores económicos medios y altos golpee negativamente los niveles de popularidad del presidente que, a nivel nacional, se encuentran más allá del 60%, pese a la pandemia y la crisis generada por ésta.
Es en ese contexto que el presidente López Obrador llega a la mitad de su sexenio y ofrece este miércoles 1º. de diciembre un informe más de lo que ha sido su gestión, muy a su estilo, fuera del protocolo que marca la Constitución y que cumplió a cabalidad el pasado 1o. de septiembre, de frente al pueblo que lo apoya.
El presidente ofrecerá un discurso que seguramente provocará escozor entre quienes no profesan simpatía por su proyecto, porque, como ha sido a lo largo de los primeros tres años de su administración, invocará los reclamos y resentimientos generados en tantos años de injusticia, consciente de que a la Presidencia de México llegó promovido por el enojo de las mayorías inconformes frente a los excesos y las frivolidades de gobiernos anteriores.
Seguro estoy de que la 4T va, que el plan de transformación está en marcha porque, como dice el presidente AMLO: a pesar de los obstáculos que ha tenido que enfrentar, se ha logrado mucho en poco tiempo y están ya sentadas las bases. Falta terminar la obra, yo creo que vamos por buen camino. A usted estimado lector… se lo dejo de tarea.
Pedro Torres
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