El 23 de marzo del 1989 mi mamá detectó algo. Era el cumpleaños de mi abuelita y, como todos los años, la celebraríamos con una reunión familiar. Mi mamá, mi papá y yo estábamos listos para salir, solo faltaba cambiar mi pañal. Yo quería jugar, así que apenas tuve oportunidad, salí corriendo, esperando ser perseguida. Mi mamá logra alcanzarme y al cargarme siente algo diferente en mi abdomen, una bolita que antes no estaba.
Inmediatamente se lo comunica a mi papá y deciden llevarme al médico, dejando la celebración de cumpleaños para después.
Esta sencilla decisión marcó la diferencia en nuestras vidas. El simple hecho de que ellos detectaran una anomalía y decidieran acudir al médico para que les pudieran explicar qué era y porqué tenía esa protuberancia, fue la clave para la detección oportuna de mi cáncer.
Según el INEGI, a nivel mundial, la incidencia anual del cáncer en menores entre 0 a 14 años es de 12.45 casos por cada 100,000 personas. En cuanto a los tipos de cáncer más frecuentes en este rango de edad, las leucemias ocupan el primer lugar tanto en hombres como en mujeres. Para las mujeres, en segundo lugar, se ubica el cáncer de hueso y cartílago; y en tercer lugar el cáncer en el sistema linfático, junto con las neoplasias del encéfalo. En el caso de los hombres, en segundo lugar, se ubican los tumores del sistema linfático, mientras que en tercero están las neoplasias de hueso y cartílago.
Ante el cáncer infantil, es importante conocer que existen tres claves importantes:
Una. El diagnóstico oportuno. Es de gran importancia, ya que la mayoría de los tipos de cáncer en fases tempranas responden adecuadamente ante un tratamiento. Además, gracias a los constantes avances médicos y tecnológicos, se ha mejorado el pronóstico de curación, incrementando los índices de supervivencia.
La detección oportuna del cáncer infantil suele darse de manera accidental, cuando lo padres o familiares detectan algunos síntomas y deciden acudir al médico.
Algunos signos a los que debemos poner atención son:
- Palidez
- Cansancio, debilidad o mareos frecuentes y sin razón aparente
- Moretones que aparecen sin razón o golpe alguno
- Sangrado repentino, que ocurre en frecuentemente
- Dolor de huesos constante y progresivo, sin signos de algún golpe o infección
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Hinchazón en cara o alguna extremidad
- Episodios de fiebre, sin causa aparente
- Tos o dificultad para respirar
- Sudoración nocturna excesiva
- Bolitas o inflamaciones indoloras, sin signos de infección, y que aumentan de tamaño
- Cambios en el color de la pupila (blanca)
- Alteraciones en la visión o pérdida visual
- Repentina y constante inflamación alrededor de los ojos
- Inflamación abdominal
- Dolor de cabeza progresivo y persistente
En caso de identificar uno o varios síntomas de la lista, se recomienda acudir al médico para que se realicen los estudios pertinentes, y así, confirmar o descartar la probabilidad de que sea cáncer.
Dos. Un tratamiento adecuado. Los menores que se diagnostican con cáncer deben ser atendidos por un médico oncólogo pediatra. Como su nombre lo indica, estos especialistas cuentan con el conocimiento para atender a menores de edad y darle un tratamiento adecuado a su etapa de crecimiento. Si bien, en el país aún son pocos los médicos que cuentan con esta especialidad; en Ciudad Juárez se cuenta con al menos dos oncólogos pediatras los cuales atienden desde instituciones públicas o asociaciones civiles.
En cuanto a la cobertura, es necesario agregar que en caso de que se diagnostique a un menor, este puede ser atendido en el seguro popular, el IMSS y el ISSSTE. En caso de no contar con alguna de estas coberturas, existen asociaciones civiles en toda la república mexicana, las cuales se dedican a ofrecer atención médica y tratamiento oncológico.
Tres. La atención y cuidados en casa. Es necesario que la familia esté informada sobre cómo cuidar y atender al menor mientras recibe tratamiento, así como cuando se le dé alta. Al conocer esta información, los familiares podrán tomar decisiones para tener estilos de vida más saludables que ayuden a la recuperación del paciente, mientras se controlan o disminuyen los malestares.
Si mis papás hubieran decidido no llevarme al médico por miedo a que les dijeran que yo “tenía algo malo”, yo no estaría aquí. Si ellos hubieran dejado para después esta revisión, yo no estaría compartiendo esta columna el día de hoy.
Hoy 15 de febrero es el día Internacional del cáncer infantil, que mejor que conmemorar este día recordando que el cáncer es una enfermedad y tiene cura.
Lourdes Tejada
Titulada en Diseño gráfico y pasante de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social. En su experiencia destaca el ser co-fundadora de una asociación civil y ser miembro fundador de una red de agrupaciones juveniles. Ganadora del Premio Nacional UVM por el Desarrollo Social, cuenta además con el Premio Estatal de la Juventud, el Reconocimiento a Mujer del Año de Ciudad Juárez y la mención de Mujer Líder de México.