En todas las vistas de la ciudad se encuentra la afirmación ¡Que siga¡, ¡No está solo! , ¡Vamos a apoyar! y bla, bla, bla.
Carteleras, pancartas, panfletos que me recuerdan la austeridad de la abundancia. Pero no escribiré del hombre en cuestión, bastante tenemos los mexicanos con sus ordinarias clases de historia si un minino planeación, secuencia lógica, objetivo y por supuesto dinamismo.
Hoy la palabra mañanera ha dejado de significar picardía y placer matutino por aburrición total.
Si desde los inicios de los tiempos se practicaba el “el pan y circo” hoy los espectáculos deben ser cada vez más llamativos, pomposos y caros, pues las tramas políticas actuales carecen de originalidad y entonces por mas show que se haga ya no logran impresionarnos.
Así, los enemigos que se inventan los buenos o los que ejercen el poder resultan siendo cómplices y entonces como lo he mencionado en otras ocasiones en la política como decía mi abuelita de los hombres “todos son iguales”.
- Cuquita ¿Qué piensa usted si se va o se queda el presidente?- . No , no- ( responde ) – estoy muy ocupada viendo a ver si logro que se quede mi marido, figúrese 40 años juntos y apenas nos estamos llevando bien. Además si se va quien va a pagar la casa yo ya estoy muy cansada que hagan lo que quieran. Aunque si va a ver apoyo es otra cosa y le entramos
- ¿Usted Gina? – A mí que no me molesten no sé ni de que me están hablando, no entiendo nada, apoco piensan que uno se las cree que lo van a quitar, puro arguende.
Cuquita y Gina son mujeres comunes lejos de las esferas del poder, pero en esa lejanía también se sienten las emociones que vamos construyendo con nuestra historia colectiva. El amor y el odio son la pólvora para prender grandes revoluciones, en la vida privada una persona es capaz de realizar cosas extraordinarias para complacer, agradar y servir de la misma forma si odia agrede, enfrenta y daña. Este estado de euforia nos permite estar presentes y activos pero no son sentimientos eternos se modifican con el tiempo.
En las relaciones personales como en la de gobierno y sociedad, después de un periodo de desentendimiento, lejanía, codependencia, desinterés y manipulación llega la apatía, y entonces lo que haga el otro simplemente ya no nos importa.
Al perder la atención del otro regularmente el manipulador opta por crear nuevos escenarios de lucha, nuevos problemas que vencer juntos, nuevos enemigos externos a los que hay que vencer para perpetuar el vínculo y mantener viva la llama de una relación conveniente para el .
En la casa se consiguen amantes, se obsesiona con el trabajo, se pelea con los suegros y se enfrentan a los de fuera para no enfrentarse a sí mismos.
En lo público, se cambian las leyes, se mueve el precio de la gasolina, se despotrica contra la oposición y se hacen foros de reformas sin hablar de las reformas y claro se habla de la historia de los partidos para que no se les olvide que malos son, para continuar en pleito y así olvidarnos de nuestros verdaderos problemas.
¡Que se vaya! o ¡Que se quede! es un mal título para una pésima película, una historia contada desde el ojo de los interesados que poco nos importa a los desinteresados, porque como piensa Gina y yo también hagan lo que hagan ya nadie cree nada.
Pues todos sabemos que Cuquita y sus amigas saldrán a ser parte del Show si hay apoyo, que los personajes actuaran (y algunos bastante mal) ejerciendo su papel en la escena pagada por todos los mexicanos para entretenernos con la popularidad del hombre en cuestión.
Dada estas condiciones no nos queda otra que ir a una terapia. Quizás ahí encontremos la conciencia suficiente para ¿quedarse o abandonar la relación?, o quizás muchos ya la han encontrado y por ello no solo dejaron de ser espectadores del circo si no que ya no entran como dice mi padre “ni a chaleco” .
Quizás al verse agotados de luchar con un sistema tóxico como con la pareja anterior han decidido alejarse por completo y ceder su poder ciudadano a los creadores del espectáculo, su staff , sus amigos y familiares sentados en los puestos públicos haciendo creer que las mentiras son verdad, que las reformas son un chiste y que las relaciones diplomáticas se pueden pasar por el arco del triunfo y aplaudir por ello.
Y cuando estamos hartos y decimos ¡que hagan lo que quieran ¡ lejos de preocuparnos por esta postura nos debe confortar, pues el principio de un ruptura a un vínculo opresor, la cuestión será entonces sí estamos preparados para según la experiencia exigir nuevas condiciones en nuestras relaciones públicos/políticas o buscaremos como ya se ha visto quedarnos con el menos peor.
Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.