Chihuahua es una ciudad muy bonita, que dan ganas de visitar, de conocer su centro histórico con edificios que cuentan anécdotas muy interesantes, sus diferentes museos, una oferta gastronómica muy variada y con algunas vialidades por las que da gusto transitar, pero -aquí viene el pero- hay quienes no ayudan a que los visitantes se sientan cómodos en esta capital de nuestro extenso estado.
Me refiero de manera directa y muy enérgica a los agentes de Vialidad o de Seguridad Vial, sean municipales o estatales, todos son iguales. Bueno, habrá sus excepciones.
El hecho es que ni se le ocurra a ningún mexicano a extranjero circular por las calles de Chihuahua portando en su vehículo placas de otros estados de la República Mexicana, mucho menos si esas placas son de alguna entidad de los Estados Unidos de Norteamérica. Pecado capital por el que tendrán que pagar penitencia.
Y son infinidad las personas que no me dejarán mentir, porque en cuanto un agente de Seguridad Vial observa a un auto portando placas que no son de Chihuahua lo detienen, haya o no motivo de por medio, es decir, que exista por parte del conductor alguna infracción al Reglamento de Tránsito.
El oficial le exige a el conductor la presentación de licencia, factura, tarjeta de circulación (si corresponde) seguro y hasta la cartilla de vacunación. Ah, pero que no se le ocurra al automovilista preguntar el motivo de la detención porque entonces el agente se pone muy digno y, si no inventa alguna falta, aduce que es por cuestiones de seguridad.
“Lo detenemos porque tenemos muchos reportes de robo de autos y la verdad es que los rateros tienen preferencia por los carros que no son de aquí o les sobreponen placas y en muchos de los casos son de otros estados. Es por su seguridad, más que nada”, explica el agente.
“Ok -le contesta el conductor-, entonces ¿me puedo ir?”.
“Claro que no, necesito que me muestre la documentación que le solicité”.
Y si le falta algún documento y no hay una gratificación económica de por medio de manera inmediata, el conductor es canalizado hasta la estación.
Me tocó atestiguar el enojo de un chihuahuense que, como muchos otros, se fue a buscar mejores oportunidades a los Estados Unidos, específicamente a Texas y, una vez obtenida la residencia legal en aquel país, es común que regrese a la ciudad de Chihuahua, donde todavía viven sus padres, a bordo de una camioneta que porta placas texanas.
Esperaba yo a que me recibiera el director de Tránsito cuando escuché muy alterado a un conductor que reclamaba a un oficial de cierto mando dentro de esa dependencia del Gobierno del Estado el porqué lo detenían solo por portar placas de Texas.
La respuesta fue la misma que ya me habían comentado anteriormente otras personas: “No es por eso, señor, es por seguridad; tiene que entender que incluso es por seguridad de usted mismo, ¿qué tal si alguien robó su camioneta?”.
En lugar de calmar al reclamante, la respuesta lo alteró aún más, al grado que subió el volumen para decirle al oficial: “No me diga eso, eso no es cierto, ya me imagino que si usted va a El Paso o a cualquier ciudad de Estados Unidos lo van a estar parando por traer placas de otro país, claro que no, esto es un abuso y le voy a decir algo, es como la séptima vez que me detienen y si no les doy mordida me multan o hasta me traen aquí a la delegación por reclamar. Mire, la última vez me trajeron hasta acá y como se comprobó que no había motivo, porque traía los permisos en regla y vieron que la camioneta sí es mía, me dejaron ir, pero apenas había avanzado unas cuadras y que me paran otra vez con la misma excusa. Así que no me venga con que es por mi seguridad, es porque quieren lana, siempre es eso”.
Coincidentemente, un amigo que reside en El Paso me habló días después para pedirme de favor si le prestaba mi vehículo en la ciudad de Chihuahua, porque no quería venir en el propio, prefería trasladarse en autobús, precisamente debido a que su auto porta placas texanas y ya había experimentado anteriormente lo que eso significa en esta capital. Le dije que sí y anduvo por las calles de Chihuahua sin ningún problema.
Ninguna campaña de promoción para atraer visitantes a la ciudad de Chihuahua va a ser efectiva si se topa con campañas que de facto generan un boicot; alguien tiene que poner orden y eliminar de tajo esa actitud de los agentes de Tránsito y Seguridad Vial que, incluso, parece tener un tufo de complicidad desde los altos mandos de esas corporaciones.
Pedro Torres
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