En un reciente acuerdo entre las naciones, Washington aceptó dar accesos humanitario a 24,000 migrantes venezolanos cuando ingresen por vía aérea, mientras que México recibiría un número indeterminado de caribeños bajo el polémico Título 42. La cifra de expulsados ya ha rebasado los 4,000 casos.
“Vamos a ir solicitando que se entreguen más”, afirmó el mandatario en su habitual rueda de prensa diaria, donde defendió ese mecanismo de regularización porque, argumentó, evita que esos grupos sean víctimas de traficantes de personas.
Acceder al plan no es fácil. Para ello los venezolanos deben tener un patrocinador en Estados Unidos y su pasaporte vigente. Solo el 1% de los 1,591 migrantes que salieron de ese país entre junio y agosto lo tenían, según el Observatorio de Investigaciones Sociales en la Frontera en México.
Debido a la dificultad para cumplir con los requisitos, analistas y los propios migrantes han denunciado que es improbable que se lleguen a entregar ni siquiera las 24.000 visas pactadas.
El gobernante mexicano prometió el viernes apoyar a los afectados con albergues, alimentación y atención médica, pero reiteró que la única forma de frenar la migración es atajar de raíz el fenómeno destinando inversión a las naciones donde se origina la diáspora para fomentar su desarrollo económico.
Sin embargo, la Iglesia Católica local denunció más tarde, en una carta dirigida al presidente, que sigue constatando frecuentes violaciones a los derechos humanos de los migrantes, detenciones arbitrarias realizadas por funcionarios de migración y abusos sistematicos de todo tipo de autoridades.
“Vemos con mucha preocupación y tristeza cómo se está ejecutando la política migratoria de este Gobierno”, lamentó la Pastoral de Movilidad Humana que tiene a su cargo la mayoría de albergues en el país. El Gobierno, agregó, debe replantear su estrategia y abandonar “la perspectiva militar y de contención”.
Mientras las naciones intentan contener los grantes flujos de migrantes, con diversas estrategias, AMLO, acrónimo con el que se conoce al mandatario, también instó el viernes a Washington a reconciliarse con Caracas.
“Es necesario que se restablezcan las relaciones entre el gobierno de Estados Unidos y de Venezuela; estoy enterado de que ya están buscando un acuerdo”, dijo, sin dar más detalles.
Washington y Caracas rompieron lazos diplomáticos en 2019, durante la administración del republicano Donald Trump, pero con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, la postura estadounidense se suavizó.
Desde la llegada al poder López Obrador, en diciembre de 2018, México ha acogido varias reuniones entre representantes del Gobierno venezolano y de la oposición para que las partes alcancen un acuerdo que resuelva la grave crisis política que atraviesa el país desde hace años.
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