Sin embargo, esta será la celebración más costosa que se recuerde. La inflación por las nubes, la renta inalcanzable y los precios de los productos básicos más caros nunca hace que para algunos estas fiestas simplemente sean un lujo que no se pueden permitir.
“Las cosas se han puesto bastante dificultosas, especialmente con el aumento de la renta. A mí me la subieron el doble y me dejan sin comer”, explica Wilson Rodríguez, un desamparado nicaragüense que reside en Miami, Florida, y que ahora vive gracias a la caridad de unas monjas en un albergue del centro de la ciudad.
Estos días varias organizaciones se han puesto manos a la obra para poder ayudar y repartir comida entre los más necesitados. “Hacemos nuestro evento una vez al año, por el Día de Acción de Gracias, porque siento que es la oportunidad que todos tenemos como comunidad de darles comida, productos de higiene, medias”, comentaba Stacey Bajarano, voluntaria de United By The Power Giving, una organización cuya denominación al español sería “Unidos por el poder de dar”.
Bejarano admite que este tipo de acciones solidarias deberían darse más regularmente y no solamente durante las fiestas de fin de año o en fechas muy señaladas. Y es que la situación económica en Estados Unidos ha empeorado fruto de las consecuencias del coronavirus y de la alta inflación, una de las más altas de la historia.
Según datos de la Oficina del Censo en Estados Unidos, el año pasado, casi 40 millones de personas vivían en la pobreza, lo que representa 4 millones más que en 2019, justo antes de la pandemia. Este año se estima que la tasa de pobreza en el país norteamericano aumente más allá del 11,6 %.
“Todos hemos pasado por muchas cosas en los últimos dos años. Estamos entrando al 2023 y si uno tiene el poder, la bendición de poder dar a otros, ¿Por qué no ayudar?”, exclamó Christopher Millán, un conocido actor de telenovelas que en sus ratos libres es voluntario en organizaciones caritativas que ayudan a los más necesitados de la comunidad.
La situación no es muy diferente en el resto del mundo. Un informe publicado recientemente por Naciones Unidas (ONU) concluye que la población mundial se enfrenta a una crisis alimentaria sin precedentes y sin un final cercano. Los datos proporcionados por el organismo internacional arrojaban un panorama muy preocupante en tanto que durante los primeros meses de 2022, el número de personas hambrientas había aumentado de 282 millones a 345 millones.
Los conflictos bélicos, la grave inflación y el cambio climático son factores que están contribuyendo al aumento de la crisis alimentaria en todo el mundo.
A pesar de que muchas de estas organizaciones tienen la intención de ayudar durante todo el año, lamentan no tener los recursos necesarios para poder apoyar a la sociedad como querrían.
Al menos, ellos, los más vulnerables, dan las gracias por este gesto en estas fechas tan señaladas. “Felicísima porque así no hay tanta gente pasando necesidad”, dijo Luz Pérez, una venezolana que también acude al centro de alimentos regularmente porque no tiene cómo vivir en Estados Unidos.
Ante esta el incremento de la comunidad vulnerable, las organizaciones piden más ayuda a las administraciones. Este año, la grave inflación sumada a las consecuencias de la pandemia podría dejar una cifra récord de personas necesitadas.
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