“No pienses que el dinero lo hace todo,
o acabarás haciendo todo por dinero”.
Voltaire.
Muy atinadamente refiero la frase de Voltaire, ya que a pesar de la Marcha del Pueblo, aún hay quien se resiste a la autenticidad de un movimiento por y para el pueblo, afirmando que ahí solo opera el interés por encima del amor… y que irremediablemente, todo se hace por dinero.
Se afirma incluso que existe opacidad en el uso de cash y que existe mano negra… vaya, la audacia combinada con la facilidad de contar con espacios para dar declaraciones afirman que hay una mano que no solo mece la cuna sino que a la par maneja recursos incontables par que permiten comprar voluntades. Quizá acostumbrados a mantener amistades y comprar simpatía, desconocen la autenticidad de la aprobación genuina y sobre todo, ignoran que amor, con amor se paga.
Se acusa de acarreo a una persona que incluso antes de tener su e vestidura, ha llenado el Zócalo en más de una ocasión. ¿Acarreados en la marcha? Sí, y muchos. Acarreados por la conciencia, por la memoria histórica, por los ideales y por el amor a un movimiento que por primera vez ha volteado no solo su mirada, no solo su discurso, sino sus acciones en favor de las clases más vulneradas.
A pesar de que la comentocracia resuelve en su imaginación y a través del discurso auto contado un vergonzoso contubernio con los anteriores regímenes corruptos, la historia no complace a la élite: la rapacidad perpetuada contra el erario, es personificada por panistas destacados como Fox, quien hizo de PEMEX su “caja chica” o el propio ABC de Calderón; la refinería Bicentenario pasando por la Estela de la Luz para hacer un resumen de cómo es que la corrupción ha sostenido a grupos de derecha. No es de extrañarse entonces que piensen que lo que mueve al ser humano es únicamente el dinero.
Se entiende que no entiendan, pero en México, habemos muchas personas que cada día ejercemos la fraternidad pensando en un verdadero proyecto de nación, quizá algo complejo para quien busca reducir una marcha histórica que unió a más de un millón doscientos mil mexicanas, mexicanos, migrantes y extranjeros motivados por la esperanza, a algo tan burdo como una operación en cash. Si se duda de lo anterior, habría que entonces preguntarle a todos aquellos mexicanos y mexicanas que habitan en el extranjero y quienes ante la imposibilidad de marchar con su Presidente, replicaron este ejercicio en lugares como Nueva York. Qué decir del más de un millón de personas que siguieron la transmisión en vivo desde la comodidad de las redes.
Es por ello que no es exagerado llamarle a la Marcha del Pueblo, una fiesta nacional: es de festejarse que, tal como ha sido costumbre de la actual administración federal, el respeto a la pluralidad es la muestra más significativa de la democracia. Después de estas letras algo debe quedar claro:No hay clase peor, que aquella que le teme al pueblo… ya que como dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con el pueblo todo, sin el pueblo, nada.
Hoy cerramos con otra frase ya que la ocasión lo amerita: dijo Carlos Pellicer que, “Cuando a un hombre lo sigue un pueblo entero, es porque el corazón en las manos lleva”. En este momento más que nunca, es un honor servir a esta nación.
Benjamín Carrera Chávez
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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