La investigación, realizada conjuntamente entre la Comisión de Seguridad Tecnológica Global (GTSC) -de la que forman parte la rama china del Atlantic Council y el Instituto Krach por la Diplomacia Tecnológica-, señala especialmente “los desarrollos significativos” que se han hecho en esta materia.
“Mientras que una gran cantidad de empresas tecnológicas chinas han perdido el acceso a la tecnología y a las cadenas de suministro estadounidenses en los últimos años, se han visto desarrollos significativos en esta área en los últimos dos meses”, indicó David O. Shullman, director de la rama china del Atlantic Council.
La respuesta de Estados Unidos
En ese sentido, recalcó que “durante el 20º Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), solo una semana después de que la administración de (Joe) Biden anunciara una nueva medida para controlar las exportaciones de chips de semiconductores informáticos a China, Xi Jinping prometió aún más estrategias enfocadas en la autosuficiencia tecnológica” con el objetivo, precisamente, de ampliar “la ventaja competitiva” frente a Estados Unidos.
“Y hace unos días, la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) anunció la prohibición de la venta de equipos de empresas chinas como Huawei y ZTE. Entonces, a medida que Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para cortar la tecnología crítica y los flujos de capital a China, el deseo de Beijing de lograr la autosuficiencia tecnológica y garantizar su capacidad para convertirse en una superpotencia tecnológica dirigida por el estado es mayor que nunca”, agregó.
Los planes de Xi Jinping
En esta línea, argumenta que “el gobierno chino está consolidando su influencia tanto en el mercado interno como en los mercados extranjeros, donde las empresas chinas están activas y, al mismo tiempo, movilizan la inversión pública y privada para mantener el control sobre la innovación”.
“China ha reconocido durante muchos años que para que sus gigantes tecnológicos como Baidu, Alibaba y Tencent compitan globalmente con corporaciones multinacionales en campos de alta tecnología nuevos y emergentes tiene que equilibrar el respaldo estatal con la innovación y los recursos del sector privado”, comenta Shullman, de acuerdo al estudio impulsado sobre el Atlantic Council.
La inversión: la solución para impulsar el desarrollo tecnológico
Ante este contexto, surgen muchas preguntas, sobre todo acerca de los “vehículos y actor de financiamiento que requerirá el gobierno chino” para lograr precisamente esa autosuficiencia tecnológica y, también, de la respuesta de Estados Unidos y sus socios y aliados “para seguir siendo competitivos en una variedad de industrias críticas, estratégicas y cambiantes”.
Ngor Luong, investigadora del Atlantic Council y autora del informe, revela que para llevar a cabo las ambiciones de Beijing se está “aumentando la financiación pública en forma de subsidios a la investigación y al desarrollo en áreas específicas”. También, se está aprovechando el capital privado para financiar proyectos de carácter público, según explica, para aumentar esa capacidad frente a la competencia extranjera.
“El gobierno chino es realmente consciente de la importancia de la financiación pública para lograr cualquier avance tecnológico”, apuntó agregando que “hacer esto requiere realmente de grandes cantidades de capital”.
“Vemos que el gobierno chino comenzó a reformar algunos de los mecanismos de financiación pública y también a establecer otros nuevos. Por ejemplo, dos programas nacionales de investigación fueron absorbidos por los principales programas de investigación y desarrollo que en 2018 se gastaron 3.000 millones de dólares en préstamos en proyectos relacionados con Inteligencia Artificial”, expone.
Iniciativas para movilizar a las pymes
Al mismo tiempo, subraya, están surgiendo nuevas iniciativas como el programa que pretende “movilizar y apoyar a las pequeñas y medianas empresas” en el desarrollo de alta tecnología, lo que da a entender la importancia que tiene la sinergia de lo público y lo privado.
“Hacer esto realmente no significa que el gobierno chino esté tratando de aislar los mercados de capitales chinos del resto del mundo, solo estamos viendo un mayor control estatal del capital, tanto del nacional como del extranjero. Independientemente de la intención del gobierno, si los inversionistas extranjeros están cada vez más preocupados por el estado del mercado chino y se van, el gobierno podría terminar aislando los mercados de capital chinos de todos modos”, sostiene Luong.
“El dinero no puede con todo”
Pero, avisa, que “el dinero no puede comprarlo todo” y “hay otras áreas del ecosistema de innovación que aún faltan”. “Por ejemplo vemos problemas relacionados con la racionalización del proceso de innovación y el cultivo de talentos de primer nivel”, dice la investigadora del Atlantic Council.
Sobre las medidas que la Casa Blanca ha tomado en las últimas semanas para frenar la expansión tecnológica de China, Luong asegura que Beijing tiene “una sensación de urgencia” para poner en marcha proyectos de autosuficiencia tecnológica y dar respuesta a este escenario.
“Con acciones más específicas como las tomadas por la administración Biden, en los controles de la exportación, Beijing tiene una sensación de urgencia mucho mayor para lograr esa autosuficiencia en el futuro” afirma recordando que en el Congreso del PCCh “se dejó bastante claro cuál era el directorio”.
“Se están convirtiendo en herramientas importantes para que China alcance la autosuficiencia en la tecnología, y esos mecanismos de financiación respaldados por el estado llegarán para quedarse”, comenta.
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