Hay quienes dicen que en Chihuahua se están presentando las condiciones para solicitar la revocación del mandato de la gobernadora María Eugenia Campos Galván. Yo coincido.
Lo cierto es que la gobernadora miente todos los días, lleva a cabo acciones que van en contra de todos los chihuahuenses y cuando se le cuestiona vuelve a mentir con el mayor descaro. Más allá de, al menos, buscar soluciones a las muy diversas problemáticas que se presentan a lo largo y ancho de nuestra entidad, sigue concentrada en su sueño guajiro de ser la candidata a presidenta de la república en representación del bloque opositor integrado por PAN-PRI-PRD. Movimiento Ciudadano ya dejó en claro que va solo en el 2024 y su líder nacional, Dante Delgado Rannauro, considera ocioso colgarse una piedra al cuello uniéndose a un bloque perdedor cuando de manera independiente pueden lograr mejores resultados.
Tan concentrada está Campos Galván en sus aspiraciones que se olvidó que fue electa para gobernar Chihuahua. Tiene más visitas a ciudades de otros países y de otras entidades de la República Mexicana que a los municipios de nuestro estado. Como resultado de sus viajes al extranjero presume logros verdaderamente ridículos, como el incremento en 30 por ciento de la Inversión Extranjera Directa (ni en los 6 años de su administración sería eso posible) por un viaje que realizó a Inglaterra y Francia, así como la atracción de cientos de miles de dólares y la creación de más de 50 mil empleos tan solo en 2023. La realidad es muy diferente y en el sector empresarial lo saben y les causa disgusto la desfachatez con la que se maneja la información al respecto. La Secretaria de Economía federal, Raquel Buenrostro, ofreció declaraciones respecto de que cerca de 400 empresas extranjeras tienen interés de invertir o crecer sus inversiones en México y esos comentarios fueron utilizados por la gobernadora y gente de su administración para hacer un sondeo entre empresas ya ubicadas en Chihuahua y que pretenden incrementar su presencia en el estado, organizó visitas a las sedes de esas empresas en los países antes citados y se adjudicó negociaciones que nunca hizo. Ante la insistencia de algunos periodistas que todavía se atreven a cuestionarla respecto de qué inversiones se trata, la respuesta de la titular del Ejecutivo fue: “Tenemos varias (empresas con intención de invertir), pero no podemos decir nada hasta que no tengamos de vuelta la respuesta de las empresas”. Es decir, nada, puro rollo.
En materia de seguridad, Campos Galván está apostando todo a la Plataforma Centinela, proyecto que se adjudicó en un ambiente de total opacidad, a una empresa que no ha demostrado resultados fehacientes, con costos que han sido cuestionados por empresas que ofertan sistemas similares y que aseguran que, además de sobreprecios absurdos en cuanto al equipamiento, la infraestructura y la tecnología que se contempla para desarrollarla, ni siquiera se trata de tecnología de última generación, no hay una explicación clara de qué es lo que ofrece y cuáles son los resultados que se pretende obtener. Pero eso no es todo, el contrato de servicios por 4 mil 200 millones de pesos, entregado a Seguritech, establece que el edificio de la Torre Centinela y todo el equipamiento de la plataforma tecnológica de seguridad que se instalará en el estado, serán propiedad de esa empresa durante los cinco años de su vigencia.
Maru Campos presume se convirtió en la primera mujer alcaldesa en la historia del municipio de Chihuahua y luego en la primera gobernadora en la historia de nuestro estado. Pero ese hecho no ha redundado en avances en materia de género o de protección de los derechos de las mujeres; al contrario, ella y los diputados de su partido, Acción Nacional, de manera permanente bloquean las iniciativas de otros actores políticos tendientes a mejorar las condiciones de vida de las personas del sexo femenino, por lo que integrantes de grupos que defienden los derechos de las mujeres le han exigido cambios en sus políticas al respecto: “Necesitamos un mensaje claro y coherente de las autoridades, que no se ajuste a sus fines político-electorales del momento, sino que mantenga un compromiso de combatir la violencia contra las mujeres y responda con hechos, resultados y cambios, no con amenazas”, manifestaron luego de que Campos Galván anunciara una investigación para sancionar a quienes realizaron pintas en propiedad pública durante la marcha por la celebración del Día Internacional de la Mujer.
En el tema de cultura, muy fresco está el dispendio para el montaje de una obra de teatro que sirvió de pretexto para que abiertamente la gobernadora beneficiara a un grupo de empresarios que financió en parte su campaña a la gubernatura. Anunciada como un espectáculo de clase mundial, en realidad La Golondrina y su príncipe dejó mucho que desear, a pesar de que se le destinó el 15 por ciento del presupuesto aprobado para la promoción de la cultura en el estado. La gran mentira de Campos Galván (y del alcalde de Chihuahua, Marco Antonio Bonilla Mendoza) fue que esa “inversión” se pudo realizar en base a “ahorros”. Pero cuáles ahorros, si no habían terminado las 12 presentaciones de tal espectáculo cuando la gobernadora estaba solicitando un nuevo crédito, estos es, haciendo uso por quinta ocasión en su primer año de gobierno de la tarjeta de crédito, ésa que dijo que ella no iba a usar, como sí lo hizo su antecesor Javier Corral Jurado.
El caso es que la gobernadora miente un día y otro también. Alguien con ese comportamiento demuestra que no está al nivel del encargo que los chihuahuenses le otorgaron y, en ese sentido, bien cabe la posibilidad de iniciar un procedimiento de revocación de mandato. Digo.
Pedro Torres
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