“María Eugenia tiene más de 15 días desaparecida. No les extrañe que ande de vacaciones gastando dinero a manos llenas. Si alguien sabe de ella, dígale que fue electa para ejercer el cargo de gobernadora, no para que ande de turista”. Lo anterior fue publicado el pasado domingo en el espacio de WhatsApp del amigo panista Alejandro Leyva, luego del infierno que se desató el pasado domingo primero de enero en el Cereso No. 3 de Ciudad Juárez, con saldo de cerca de 30 reos evadidos y 17 muertos, entre ellos diez custodios.
No son 15 días, son 15 meses los que Campos Galván ha estado ausente del cargo que le confirió la mayoría de los chihuahuenses que acudieron a las urnas el 6 de junio de 2021 y que se manifestaron mediante el voto para que ella gobernara Chihuahua hasta el 2027. Hasta ahora, efectivamente, ha andado más de turista, navegando en su sueño guajiro de ser candidata a la presidencia de la República, mientras que en Ciudad Juárez se vive ese calvario al que se refirió en su discurso de toma de posesión cuando dijo: “México creo en ti, porque escribes tu nombre con la X que algo tiene de cruz y de calvario, y esta enorme escultura (la equis de Sebastian) nos sirve para no olvidar que el rezago y el abandono se pueden convertir en calvario. Eso es lo que debemos evitar, ese reclamo permanente para tomar la responsabilidad, para abatir las carencias, para incorporar todo nuestro esfuerzo diario…”.
Esas palabras hoy suenan más huecas que nunca, porque María Eugenia Campos Galván ni ha tomado la responsabilidad, ni ha abatido las carencias, el diario esfuerzo prometido hasta ahora está ausente y el calvario que vivimos los juarenses está más vigente que nunca por ese rezago y abandono en que su gobierno mantiene a nuestra ciudad. Por ello, no puede evitar que el reclamo de los juarenses en particular y de los chihuahuenses en general esté más vigente que nunca, porque ha incumplido todas y cada una de las promesas hechas, no solo en materia de seguridad sino en todos los rubros de la administración pública estatal.
Inicié el presente escrito con el comentario donde se le señala como turista porque hay un hecho que confirma la importancia que la gobernadora le ha otorgado a su perfil de viajera y que expone en toda su esencia la frivolidad que la caracteriza. A principios del año pasado iniciaron los trabajos para la construcción, dentro del Aeropuerto Internacional General Roberto Fierro Villalobos de la ciudad de Chihuahua, de un chalet de lujo para uso exclusivo de Campos Galván.
Quienes conocen ese espacio nos comentan que el recinto, ubicado en la parte norte del aeropuerto, es muy amplio y para su acondicionamiento se contrataron arquitecta y diseñadora de interiores, y no se escatimó en gastos: mármol en paredes y pisos, terminados en maderas finas, mobiliario caro y unidad de refrigeración y calefacción, entre otros lujillos. Cuenta con oficina, espacio para juntas, cocina y una recámara que ni el mejor hotel.
Oficialmente el Gobierno del Estado no ha informado al respecto y creo que no hay la intención de hacerlo. Pero la gobernadora está obligada a explicar de qué manera se justifica la construcción de ese espacio, cuánto costó, por qué tanto lujo, por qué en el interior del aeropuerto. ¿Es, acaso, ese lugar en el que se refugia durante sus largas ausencias?
Son muchas las preguntas. Habrá que esperar respuestas.
Pedro Torres
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