Las características de una frontera como Juárez representan una oportunidad para el desarrollo de políticas culturales; la cultura expresada a través de las artes, artesanías, tradiciones y acciones colectivas que promuevan la pertenencia a la ciudad, contribuyen a tener comunidades más seguras y participativas.
En Ciudad Juárez convergen diversas culturas, es punto de unión de dos grandes naciones y de reunión entre migrantes de otros Estados y países, lo que le da una gran pluralidad cultural.
Sin duda la participación en actividades culturales puede ser un factor disuasivo en conductas antisociales pues motiva a trabajar en talentos que hacen mejor al ser humano.
Cuando hablamos de políticas públicas hablamos de las decisiones que el gobierno determina para la aplicación de acciones y recursos en relación a problemas o asuntos públicos que están en la agenda pública; es decir, que son considerados importantes, todo esto a través de un proceso racional y abierto. En este caso podemos entender una política cultural como las acciones que un nivel de gobierno implementa en relación a problemas o asuntos culturales.
Si bien existen dependencias en los tres niveles de gobierno cuyas funciones son las de promover y ejecutar programas culturales, generalmente tales acciones se perciben como aisladas, que pocas veces perviven al término de las administraciones en turno. En el mejor de los casos habrá una buena coordinación y podrán aplicarse recursos en programas de cultura verticales.
¿Cómo se concibe generalmente la política cultural por parte del gobierno?
En primer lugar, no siempre se considera el tema como merecedor de una atención prioritaria, pues no se entiende como un problema importante, cuando probablemente su desatención forma parte de una problemática mayor.
Por nuestra experiencia ciudadana, se concibe fundamentalmente como la gestión y promoción de espectáculos artísticos, algo totalmente válido como parte de una política cultural, pero con poco impacto social cuando únicamente ese es el componente. Los eventos masivos o no masivos pueden representar una buena nota periodística y pueden cumplir con el fin de quien toma la decisión, que tal vez solo sea el crear una percepción de trabajo en el tema.
No siempre existe una articulación eficaz entre los niveles de gobierno y como en los demás temas, será más probable que exista si son del mismo signo político.
Al igual que en otros temas, se definen acciones a partir de procesos verticales; a veces sin establecer los suficientes canales de comunicación con las comunidades, sectores y sociedad civil.
¿Cómo articular una política cultural?
A partir de las comunidades, captando sus intereses, operando programas y canalizando a otros agentes que tengan la capacidad en caso de no contar con la oferta que se demanda. Cooperando con otras dependencias y niveles de gobierno, sociedad civil, universidades y de manera fundamental; repito, con los integrantes de la comunidad.
El lugar público por excelencia para la promoción de la cultura es la escuela, por lo que las instituciones educativas son pieza clave de una política cultural. También continuar y fomentar la instrucción artística en institutos técnicos especializados.
El fortalecimiento y creación de compañías de teatro, grupos musicales, de danza, cine, talleres de artesanías y clubes de las diversas artes; que permanezcan a ciclos escolares o administraciones gubernamentales y puedan ser fondeados también por el sector privado.
Programas de becas o su gestión para artistas destacados.
Organización de más festivales de las diversas artes y de redes culturales.
Como todo asunto público, requiere inversión, pero es de los temas más autosustentables que existen.
La articulación e implementación de una política cultural implica como toda política pública un proceso racional complejo, pero no por eso confuso; necesariamente abierto a la sociedad y sujeto al seguimiento, evaluación y mejora. Claro, si la decisión busca generar un impacto positivo permanente en la comunidad.
“El rico y el pobre tienen un lazo común: el que hizo a ambos es el SEÑOR.” (Proverbios 22:2).
Moisés Hernández Félix
Lic. en Administración Pública y Ciencia Política, candidato a Maestro en Administración en curso. Ha sido funcionario público federal y docente en nivel media básica y medio superior. Se especializa en gobernanza educativa y políticas públicas.
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