La Casa Blanca lidia con la amenaza de Rusia contra Occidente en su guerra contra Ucrania, por una parte, y por otra con la posiblidad de una escalada en sus fricciones con China.
Estados Unidos (VOA) – A pesar de la intensa presión de la oposición republicana, el presidente Joe Biden parece tener la intención de mantener una respuesta mesurada al globo espía chino que cruzó el territorio continental de Estados Unidos a principios de este mes.
El enfoque parece calibrado para evitar una escalada con un segundo gran adversario mientras su administración se ocupa de la guerra de Rusia contra Ucrania, que lleva casi un año.
John Kirby, el coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo a los periodistas el martes que el episodio de los globos no cambia el hecho de que la administración tiene la intención de evitar un conflicto y continúa buscando líneas abiertas de comunicación con China.
Nada ha cambiado en el deseo del presidente de “hacer avanzar esta relación hacía un lugar mejor de aquel en el que están ahora”, dijo Kirby.
La posición de la Casa Blanca contrasta con las demandas republicanas de una postura más dura frente a Beijing.
“Biden solo derribó el globo espía chino después de que la presión pública se lo exigiera”, dijo John Barrasso, senador republicano de Wyoming, en una sesión informativa el martes. “Esta es una violación total de nuestra integridad como nación, y la indiferencia y la inacción del presidente mostraron debilidad no solo para China sino para el mundo”.
Las tensiones entre EEUU y China han sido altas desde el descubrimiento del globo que Biden ordenó derribar el 4 de febrero. Los funcionarios de la administración dicen que el dispositivo era parte de un “programa internacional de globos de gran altitud para la recopilación de inteligencia” del Ejército Popular de Liberación de China. Beijing sostiene que era un artefacto civil utilizado para la investigación meteorológica.
Incentivo para evitar la escalada
Biden tiene incentivos para evitar una escalada con China. Su administración ya está tratando de gestionar la respuesta de la OTAN a la invasión rusa de Ucrania mientras enfrenta otros desafíos de política exterior, incluidos los programas nucleares de Corea del Norte e Irán, y un Medio Oriente volátil tras la formación de un gobierno israelí de extrema derecha bajo el liderazgo del primer ministro Benjamin Netanyahu.
La administración ha comprometido más de 27.100 millones en asistencia de seguridad para Kiev desde que comenzó la guerra, el 24 de febrero de 2022, y tiene cuidado de no provocar que Beijing se ponga más del lado de Moscú.
“Una de las áreas clave de las que la Administración Biden quiere hablar con Beijing es de que se mantenga al margen de la guerra en Ucrania, que Beijing no brinde ningún tipo de apoyo político o militar a Rusia”, dijo a la Voz de América Erik Brattberg, vicepresidente senior interino para Europa del Grupo Albright Stonebridge.
Dado que el principal diplomático de China, Wang Yi, tiene previsto volar a Moscú esta semana y se espera que el presidente Xi Jinping lo haga en los próximos meses, los analistas dicen que la administración tiene opciones limitadas.
“Lo mejor que puede esperar Estados Unidos es lidiar de manera efectiva con la amenaza inmediata que representa Rusia y debilitarla hasta el punto en que no pueda representar una amenaza militar importante para sus vecinos, y luego dirigir su atención al desafío mucho más serio que plantea China”, explicó David Sacks, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores.
“El mayor problema, en mi opinión, es el estrés que la guerra en Ucrania está ejerciendo sobre la base industrial de defensa de EEUU, que no está preparada para un conflicto directo con China”, dijo Sacks a la VOA.
“A menos que la Administración Biden aborde este problema con urgencia y aumente significativamente la producción de municiones y armas críticas, Estados Unidos será extremadamente vulnerable si China usa la fuerza contra Taiwán en los próximos años”, vaticinó.
Problema candente
Varios políticos republicanos han utilizado el incidente para recaudar contribuciones de campaña, atacando a la vez a Biden y Beijing, según Pundit Analytics, que rastrea las comunicaciones y las publicaciones en las redes sociales de los funcionarios electos y los candidatos.
Con los republicanos ayudando a avivar la ira de los votantes, el globo se está convirtiendo en un tema político candente.
Los estadounidenses comunes que habían estado ignorando en gran medida las tensiones entre Estados Unidos y China ahora están comenzando a darse cuenta de lo que muchos en el círculo de política exterior están de acuerdo: que Estados Unidos ha estado en pie de guerra fría con China desde hace un tiempo, comentó Robert Daly, director del Instituto Kissinger del Centro Wilson sobre China y Estados Unidos en entrevista con la VOA.
“Este es el significado real del globo espía, no que represente una nueva amenaza para EEUU, sino que más estadounidenses se están sumando a la narrativa de la ‘amenaza de China’ que antes se limitaba a Washington”, dijo Daly.
Si Biden decide postularse nuevamente en 2024 como sus funcionarios aseguran que tiene la intención de hacerlo, los observadores dicen que el costo político de parecer blando con China será aún mayor.
[Katherine Gypson, corresponsal en el Congreso para VOA, contribuyó a este despacho].
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