Si nos detenemos a pensar, no será extraño ver que muchas de nuestras tradiciones -familiares o mexicanas- nos han llevado a presentar enfermedades crónicas, como la diabetes, cáncer o enfermedades cardiacas. Tan solo basta repasar nuestra comida navideña: lo que cenamos, lo que tomamos y las cantidades que consumimos. Definitivamente podemos concluir que en nuestra mesa hubo cosas deliciosas que, aunque no fueron las opciones más saludables para nosotros, son alimentos que se han preparado por generaciones en nuestras familias.
Pero ¿qué pasa cuando las tradiciones se deben modificar, no para prevenir enfermedades, sino porque las enfermedades ya están aquí?
Cuando un integrante de la familia vive con una enfermedad crónica difícilmente puede seguir con el mismo estilo de vida que tenía antes de ser diagnosticado. Para mejorar su calidad de vida y procurar su salud, es necesario que realice varios cambios, que van abarcan desde la comida, la actividad física, y si, las tradiciones. Esto no quiere decir que la persona se debe alejar de aquellas costumbres que lo definen como parte de una comunidad, o como miembro de una familia; mas bien se refiere a que, cuando se tiene una enfermedad crónica es momento de redefinir y adaptar nuestro estilo de vida.
¿Y cómo se logra esto? Haciendo cambios poco a poco, optando por lo que nos traerá salud, y alejándonos de lo que sabemos nos causará malestar. Las primeras preguntas que debemos contestar son: ¿Qué estamos listos a dejar? ¿Qué platillo estamos dispuestos a cambiar? ¿Qué tradición puede ser modificada? De nuevo, no me refiero a dejar de lado todas las tradiciones, sino, el ir agregando opciones más saludables, o bien, haciendo los platillos tradicionales de una manera más sana para todos los asistentes a las fiestas.
Nos daremos cuenta de que no hay ningún platillo, ningún coctel, ni ningún postre que tenga mayor importancia que la salud de nuestras familias. Tan solo basta recordar como el “tener salud” es uno de los deseos mas frecuentes que nos compartimos durante estas épocas navideñas, entonces, ¿por qué no facilitar el sí tener salud? Veremos que, cuando nos atrevemos a darle prioridad a la salud, se pueden crear nuevas tradiciones.
Aunque cambien todos los platillos, toda la comida, todas las porciones; la única tradición que importa es aquella que involucra a nuestros seres queridos. Démosle importancia a nuestra salud, y tendremos tiempo suficiente para disfrutar de nuestras tradiciones con nuestros allegados.
Lourdes Tejada
Titulada en Diseño gráfico y pasante de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social. En su experiencia destaca el ser co-fundadora de una asociación civil y ser miembro fundador de una red de agrupaciones juveniles. Ganadora del Premio Nacional UVM por el Desarrollo Social, cuenta además con el Premio Estatal de la Juventud, el Reconocimiento a Mujer del Año de Ciudad Juárez y la mención de Mujer Líder de México.