Justo esta semana ha circulado en medios, una publicación de quien fuera un prometedor abogado; una especie de carta póstuma en la que, de manera escalofriante nos enfrenta cara a cara con la situación que viven muchas personas, pero de la que poco se habla. Este hecho sucede lamentablemente entre varios titulares que nos muestran que el suicidio no atiende a cuestiones de sexo ni edad.
La situación es tal, que la Secretaría de Salud del Gobierno Federal ya ha reconocido al suicidio como un problema de salud pública, sobre todo cuando, durante 2020 se registró un alza a nivel nacional del índice de suicidios de cerca del 203%. Lamentablemente, de acuerdo con cifras del INEGI, el estado de Chihuahua registra una tasa de suicidios que se traduce en más del doble del índice nacional y que ha repuntado a partir de 2020.
Es importante resaltar que, de acuerdo con datos del Sistema de Información de la Secretaría de Salud, Chihuahua ocupa el número 32 entre las entidades que brindan consultas orientadas a la atención de salud mental, a pesar de encabezar la estadística en cuanto a tasas de suicidio; si bien esta relación inversamente proporcional no atiende de manera directa a una causalidad, sí nos invita a explorar la importancia de la atención de la salud mental como herramienta para la prevención de suicidios.
Es necesario reconocer los esfuerzos que se realizan por atender esta sensible problemática, sin embargo, persiste la necesidad de refrendar el compromiso por entender las afectaciones mentales no solo desde el punto de vista médico, sino como una cuestión que debe abordarse desde las situaciones de desigualdad, de la pobreza, de la violencia familiar, social, de género, así como de la inseguridad entre otros factores.
Por otra parte, no olvidemos que, en las entidades en las que se presenta un menor índice de suicidios, es en aquellas en las que atención a la salud mental se ha incorporado dentro de las unidades o clínicas familiares que son el primer contacto con las y los pacientes. En este orden de ideas, Chihuahua con sus condiciones de dispersión poblacional debería optar por este modelo, contrario a lo que actualmente se ofrece en cuanto a la atención de salud mental en unidades de segundo nivel o clínicas especializadas, que dificulta el acceso a los servicios y relega la atención de la salud mental a un modelo curativo y no preventivo.
Partiendo de ello y aprovechando precisamente que la legislación en la materia a nivel estatal nos brinda los medios para realizar un análisis a conciencia respecto a las cuestiones de salud mental, urgimos al Ejecutivo del Estado para que se integren a los servicios de atención primaria de salud, aquellos relacionados con la atención de la salud mental a fin de transitar a un esquema de atención integral enfocado a la prevención del suicidio, contemplando involucrar a los sectores educativo y social en campañas de sensibilización, información y prevención.
No podemos entonces quedarnos de brazos cruzados y pregonar valores a favor de la vida, mientras Chihuahua encabeza la estadística nacional en suicidios… no nos resignemos, ya que como dijo Honoré de Balzac “La resignación es un suicidio cotidiano”.
Benjamín Carrera Chávez
Doctor en Problemas Económicos por Universidad Autónoma Chapingo.
Actualmente Diputado Local por el 5to Distrito de Chihuahua, Profesor-investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ y miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, Nivel 1.
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