Más de media docena de testigos declararon sobre las formas en que China usa su poderío económico para obligar a los países más pequeños a forjar acuerdos comerciales favorables y obligar a las empresas que desean operar en China a entregar propiedad intelectual, que luego se entrega a los competidores chinos.
Otros testigos dijeron que las políticas económicas de China son parte de la ambición más amplia del presidente Xi Jinping de convertir a China en un actor económico globalmente dominante que, en última instancia, supere a Estados Unidos en el escenario mundial.
Uno de los testigos, Robert Lighthizer, representante comercial de EEUU bajo el expresidente Donald Trump, captó el tono de ambas audiencias cuando dijo: “No es una exageración decir que el Partido Comunista Chino ha estado librando una guerra económica contra EEUU por décadas”.
La Voz de América solicitó a la Embajada de China que respondiera a las denuncias detalladas en las audiencias, pero no recibió respuesta.
Sin embargo, la semana pasada, cuando se le preguntó al portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, sobre las quejas de los países del G7 sobre la coerción económica china, acusó en su lugar a EEUU.
“Estados Unidos ha estado exagerando el concepto de seguridad nacional, abusando del control de las exportaciones y tomando medidas discriminatorias e injustas contra las empresas extranjeras. Esto viola gravemente los principios de la economía de mercado y la competencia leal”, dijo.
Ingenuidades
En una audiencia el miércoles por la noche, el Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino (PCCh) de la Cámara convocó una audiencia denominada “Nivelación del campo de juego: cómo contrarrestar la agresión económica del PCCh”.
El representante Mike Gallagher, el republicano que preside el panel, inició la audiencia con un video que documentaba los esfuerzos de las administraciones estadounidenses anteriores, tanto republicanas como demócratas, para acoger a China en la comunidad económica mundial, como la concesión de estatus comercial privilegiado en la década de 1990 y principios de la de 2000.
“Durante los últimos 25 años, ambos partidos hicieron en gran medida la misma apuesta ingenua por China, que un sólido compromiso económico llevaría al Partido Comunista Chino a la liberalización política”, dijo Gallagher.
“Pero Beijing vio nuestro optimismo estadounidense por excelencia como una oportunidad para explotar, y nuestros tratados y compromisos internacionales como reglas ‘para ti, pero no para mí’”.
Agregó que “ahora se acabó el error de las ilusiones. La guerra económica del PCCh utiliza todas y cada una de las ventajas disponibles para coaccionarnos a nosotros y a nuestros aliados, y es hora de que nos defendamos a nosotros mismos y al mundo libre”.
Preguntas fundamentales
El representante demócrata de mayor rango del comité, Raja Krishnamoorthi, se mostró igualmente inflexible sobre la necesidad de desafiar a China en el escenario mundial.
“Esta es la pregunta fundamental: ¿quién será el líder económico y de innovación durante el resto del siglo XXI? ¿Será Estados Unidos o el PCCh?”, preguntó Krishnamoorthi.
Intervenir para contrarrestar las diversas formas de influencia económica de China en el mundo debe ser una “prioridad apremiante” para Estados Unidos, dijo. “El momento de actuar no es en 10 años o cinco años o el próximo año. Es ahora.”
Además de Lighthizer, el comité escuchó a Roger Robinson, expresidente de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China. Robinson afirmó que los inversionistas estadounidenses están, en algunos casos sin saberlo, subsidiando a empresas chinas al participar en fondos de inversión que contienen deuda corporativa china.
Robinson argumentó que debido a que las empresas chinas no están sujetas a los mismos requisitos de divulgación que las empresas de EEUU y otros países desarrollados, no se les debe permitir el acceso continuo a los mercados de capital estadounidenses.
Un tercer testigo, el ex director ejecutivo de Google Eric Schmidt, pidió una acción inmediata para impulsar la inversión y la innovación en tecnologías emergentes clave, como la inteligencia artificial, para mantener a EEUU por delante de China en algunas áreas y ponerse al día en otras.
“Nunca es demasiado tarde para dejar de cavar nuestra propia tumba”, dijo.
Legislación propuesta
El representante Ami Bera, el demócrata de mayor rango en el subcomité, rechazó las afirmaciones de Beijing de que Estados Unidos está tratando de aislar económicamente a China y dijo:
“La verdad es que nos gustaría mantener el statu quo, que ha levantado todas las países en esa región a través de un orden basado en reglas, pero tenemos que responder a la agresión china y la coerción económica china”.
Bera pidió al Congreso que apruebe una medida para ordenar a la administración de Biden formar “un grupo de trabajo interinstitucional para responder a los actos de coerción económica del gobierno de la República Popular China y requirió la evaluación de los impactos en el desempeño económico y comercial de los Estados Unidos”.
El mismo proyecto de ley, dijo, le daría al presidente “nuevas herramientas para dar apoyo económico rápido a los socios y aliados que enfrentan la coerción económica de la República Popular China y responsabilizar a la República Popular China por sus acciones”.
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