“Te Prometo por lo más sagrado que tengo que ya no voy a tomar y dejaré de fumar, no lo vuelvo hacer, te lo juro” le dice un hombre a su esposa mientras ella le abre la puerta a las plenas 3 de la mañana del Sábado. Y el siguiente fin de semana es el primero en brindar junto a sus compañeros de trabajo en un Bar después de la oficina.
La falta de palabra de cualquier persona, es sumamente molesta, porque en apariencia, no le importa romper las promesas hechas, lo cual es una falta de respeto hacia quien cree en esa persona, y que al final queda un agrio sabor a burla el cual muchas veces no puede ser limpiado ni con la más sentida de las disculpas. Una promesa puede potenciar la confianza que tenemos o nos tiene alguien, pero también puede romper esto. Generalmente las promesas se hacen para intentar agradar a otras personas y a veces se hacen sin tener en cuenta su gran valor.
Todos sin duda en algún momento hemos prometido algo que no hemos cumplido. Esto, seguramente a de haber decepcionado a alguien cercano, pero quizás no nos hayamos dado cuenta. No, hasta que somos nosotros mismos los afectados por una situación similar. Algo muy común sucede en la política, las promesas quebrantadas inundan todo aspecto de la vida. La sociedad en general se siente defraudada por la “incontable publicidad falsa y engañosa” con que se le bombardea. Está desilusionada por “el incumplimiento de las promesas electorales de cientos de políticos”
Las personas cambiamos continuamente y la vida y los acontecimientos marcan, en muchas ocasiones, el transcurrir de todo y de todos. Puedes realizar una promesa con la mejor de tus intenciones, pero quizás no puedas llegar a cumplirla de verdad. Esto es un factor que todos deberíamos tener en cuenta, que deberíamos valorar. Otra cosa es cuando hacemos promesas sin valor alguno.
¿No pasa lo mismo con ciertas palabras como “te quiero” o “perdón“? Palabras que poco a poco van perdiendo su significado. Palabras que se dicen como si fuéramos loros o papagayos, pero sin sentimiento. Deberíamos aprender a querer más a nuestras palabras. A utilizarlas conscientemente, valorándolas de verdad. De nada sirve decirlas sin sentido, utilizarlas sin motivo. Algunas personas nunca han sabido lo que en verdad es una promesa. Nunca han conocido su valor, tan solo las hacen con algún objetivo concreto. Son promesas vacías, carentes de significado y esto puede ocurrir porque nunca le han enseñado el valor que puede tener una promesa o siempre ha vivido bajo un ambiente completamente negativo.
Hay muchos dichos comunes o refranes y hasta anáforas que hacen alusión a las Promesas diciendo con eso que este mal congénito de nuestra imperfección a perseguido al ser humano siempre.
“Nunca prometas con lo que cumplir no cuentas”
Es importante que las personas mantengamos nuestra palabra y por eso este refrán es un consejo a pensarlo antes de empeñar nuestra palabra para no vernos en un compromiso que no queremos asumir. Puede servir también como reconvención a quien, habiendo prometido algo, no se muestra dispuesto a cumplir con lo prometido.
“Palabra dada, palabra sagrada”
La importancia de mantener nuestra palabra, dándole a lo que uno dice el valor de promesa, en la vida muchas veces es importante que las personas guarden fidelidad a la palabra dada para que los demás puedan confiar en él.
Cabe mencionar que en la cultura de la legalidad y el derecho mexicano son válidos los contratos de promesa, donde La Promesa es considerada autónoma, por cuanto es un contrato con objeto propio que es válido aunque a futuro no se celebre, dando derecho a indemnización de perjuicios.
Sin duda alguna muchas de las veces no nos damos cuenta que el prometer es algo muy serio que generalmente pasamos de largo cayendo en el vicio de repetirlo cuantas veces podamos o nos crean, recordemos que lo importante no es lo que se promete si no lo que se cumple
Aprendamos a prometer de verdad y a cumplir nuestras promesas. Si eso no es posible, ¡no pasa nada! Pero, háblalo. No permitas que la confianza se rompa. No permitas que tu promesa se convierta en una promesa rota.
Es Cuanto:.
Eduardo Quezada Compañ
Estratega Digital.
Lic. en Derecho, estratega digital y asesor en comunicación política. Orgulloso juarense de corazón.
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