El nearshoring, o reubicación de actividades económicas cerca del consumidor, es una tendencia creciente en los últimos años, que está impulsada por el aumento de los costos de transporte, la necesidad de reducir los tiempos de entrega y la búsqueda de cadenas de suministro más resilientes.
México es uno de los países que más se beneficia del nearshoring. El país tiene una ubicación geográfica privilegiada, cerca de Estados Unidos, su mayor socio comercial y la mayor economía del mundo. Además, México ofrece mano de obra calificada y costos de producción competitivos.
Uno de los principales beneficios del nearshoring para México es el fortalecimiento del peso mexicano. La moneda se valorizó en los últimos años, en parte debido a la fuerte demanda estadounidense de productos mexicanos.
El fortalecimiento del peso mexicano también tiene un impacto positivo en la economía mexicana porque ayuda a contener la inflación y a estimular el crecimiento económico.
Además de la valorización del peso mexicano, la deslocalización creó empleos e ingresos en México. El país alberga muchas empresas multinacionales que invirtieron en fábricas y centros de distribución.
El nearshoring también contribuye a diversificar la economía mexicana. El país ya no depende tanto de las exportaciones de productos energéticos porque las ventas de automóviles, productos electrónicos y productos químicos están aumentando.
Para China, la deslocalización produjo el efecto contrario. El país fue el principal destino de la inversión extranjera en los últimos años, pero fue perdiendo espacio frente a otros países, como México.
Algunas de las principales consecuencias para China incluyen la pérdida de empleos, la reducción de la demanda de productos chinos y el aumento de la competencia.
El crecimiento económico chino en las últimas décadas perjudicó a México. Uno de los sectores más afectados es el textil. Las empresas chinas son más eficientes en la producción de ropa y otros artículos y ofrecen precios más bajos. El sector automotriz también se vio afectado.
Durante décadas, el aumento de las exportaciones chinas a Estados Unidos provocó una disminución de las exportaciones mexicanas.
El nearshoring está ayudando a mitigar los efectos negativos del crecimiento de China en la economía mexicana, creando empleos y generando ingresos.
Mientras el peso mexicano sube, Japón ve el movimiento opuesto. El yen japonés viene sufriendo una depreciación desde 2021: se redujo de unos 105 yenes por dólar a unos 147 yenes por dólar en la actualidad. Esta devaluación de la moneda japonesa constituyó una noticia positiva para las empresas exportadoras del país.
La devaluación abarata los productos japoneses para los compradores extranjeros. Esto se debe a que se necesitan menos dólares para comprar un yen. La depreciación también tiene efectos negativos porque encarece las importaciones, lo que puede aumentar la inflación.
A pesar de las ventajas que México presenta a los inversores, persisten riesgos, como la inestabilidad política, la corrupción y el crimen.
La crisis económica de 1994 manchó la reputación de México a nivel internacional. Más tarde ese mismo año, el gobierno mexicano devaluó el peso para frenar una fuga de capitales. Esa medida hizo que la inflación y el desempleo se dispararan, mientras el producto interno bruto se contraía.
Por suerte, el nearshoring liderado por Estados Unidos se demuestra positivo para el país. Debemos esperar para ver cuánto durará el movimiento.
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