Los recientes casos de homicidio-suicidio en Ciudad Juárez han arrojado luz sobre una problemática grave y profunda: la desigualdad emocional que los hombres enfrentan en la sociedad actual. A pesar de los notables avances en la conversación sobre igualdad de género, este tema continúa siendo un tabú, y es crucial que comprendamos que la igualdad de género incluye la libertad emocional, sin importar el género.
La igualdad de género es un pilar fundamental en las sociedades modernas, pero aún hay un aspecto que permanece en la oscuridad: la desigualdad emocional que afecta a los hombres. La salud mental masculina ha sido un tema rodeado de estigmas y prejuicios durante mucho tiempo.
Desde temprana edad, se les enseña a los hombres que deben ser el sostén y la roca inquebrantable en cualquier situación. Se espera de ellos que oculten sus emociones, que no muestren debilidad, y que sean resistentes y fuertes ante cualquier adversidad. Esta educación, en lugar de beneficiarlos, ha creado una cultura en la que los hombres sufren en silencio, reprimen sus emociones y a menudo se ven atrapados en roles que no eligieron.
El feminismo, un movimiento que ha impulsado la lucha por la igualdad de género, ha abordado muchos temas cruciales. Sin embargo, es esencial que no dejemos de lado la salud mental de los hombres. La igualdad no debe significar ignorar o minimizar las luchas y problemas que enfrenta uno de los géneros. La violencia y el abuso, aunque dirigidos predominantemente hacia las mujeres, no son exclusivos de ellas.
Los cambios legislativos y sociales destinados a apoyar a las mujeres en el ámbito emocional y económico son fundamentales. No obstante, es imperativo que no estigmaticemos a los hombres como simples “proveedores”. La percepción de que los hombres solo existen para satisfacer y carecen de sueños, aspiraciones o problemas emocionales es no solo incorrecta, sino también peligrosa.
La presión sobre los hombres para ser el proveedor, el líder, el fuerte, puede llevar a muchos a sentirse atrapados, sin salida y sin un espacio seguro donde expresar sus emociones o buscar ayuda. La figura del hombre como “cajero automático” es simplista y perpetúa estereotipos dañinos que impiden que los hombres alcancen su pleno potencial emocional y personal.
Es esencial ampliar el diálogo sobre igualdad de género para abarcar todos los aspectos de la vida humana. Los hombres deben sentirse libres de romper con estereotipos obsoletos y buscar apoyo cuando lo necesiten. La sociedad en su conjunto debe estar preparada para escuchar y apoyar.
Finalmente, la búsqueda de una verdadera igualdad de género implica el reconocimiento de que las mujeres también pueden ser perpetradoras de violencia y abuso. Debemos desafiar y desmantelar todos los estereotipos y construir una sociedad en la que cada individuo, sin importar su género, pueda vivir libremente, sin temor y con la capacidad de buscar y recibir ayuda cuando lo necesite.
La igualdad emocional es un derecho humano fundamental que debe ser reconocido y respetado por todos, sin excepción.
Verena González
Lic. en Ciencias de la Comunicación