Armas del Ejército de Estados Unidos ingresan a México según secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, el 22 de enero.
Ciudad de México (ADN/Staff) – Durante la reciente visita de funcionarios mexicanos de alto nivel a Washington, uno de los temas más discutidos fue la circulación de armas provenientes del Ejército de Estados Unidos en territorio mexicano. El encuentro, que tuvo lugar el pasado 19 de enero, resultó en un decálogo presentado por la Cancillería de México el 22 de enero, en un esfuerzo conjunto por disminuir la migración irregular en América Latina.
Este tema ha sido una constante en las relaciones entre Washington y México, evidenciado por las demandas interpuestas por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador contra vendedores de armas estadounidenses. La primera de estas demandas, presentada en Boston en 2021, acusa a empresas fabricantes y distribuidoras de armas de ser en parte responsables de la violencia del crimen organizado en México. Aunque esta demanda se encuentra en etapa de apelación, un juez de ese distrito la desestimó inicialmente. La segunda demanda, presentada en agosto de 2022, será escuchada en una audiencia el próximo 22 de febrero.
De acuerdo con la Cancillería mexicana, la primera demanda cuestiona la responsabilidad de las empresas que fabrican y distribuyen armas de fuego que luego son traficadas ilegalmente a México. Mientras tanto, la segunda demanda se enfoca en la negligencia de los puntos de venta directa de armas. Según datos del Gobierno mexicano, casi 40.000 armas de distintos calibres han sido interceptadas desde diciembre de 2018, cuando López Obrador asumió el cargo. Se estima que en México hay alrededor de 13 millones de armas sin registrar, la mayoría en manos del crimen organizado.
Esta situación ha generado preocupación en ambos países, ya que la circulación de armas ilegales contribuye a la violencia y el tráfico de drogas en la región. Por esta razón, los gobiernos de México y Estados Unidos han decidido unir esfuerzos para abordar este problema de manera conjunta. Se espera que la visita de los funcionarios mexicanos a Washington sea el inicio de una colaboración más estrecha en el combate contra la circulación de armas ilegales.
A pesar de las diferencias en las posturas de ambos gobiernos, cabe destacar que esta es una problemática que afecta a ambos países y requiere de una solución conjunta. Se espera que las demandas interpuestas por México sean un paso importante en la lucha contra el tráfico ilegal de armas y contribuyan a una disminución de la violencia en la región.
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