Especialistas advierten que la confrontación entre Biden y Texas por políticas migratorias profundiza la brecha interna en EEUU y podría llevar a una ‘balcanización’ con posibilidad de conflicto armado.
Ciudad de México (ADN/Staff) – El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha generado controversia en las últimas semanas al afirmar que el Gobierno del presidente Biden no está haciendo lo suficiente para proteger la frontera sur de Estados Unidos de lo que él considera una “invasión” de migrantes. Por su parte, el mandatario demócrata ha reconocido que la situación en la frontera está rota desde hace tiempo, pero se ha enfrascado en una lucha política con un estado que, en la práctica, es más autónomo que cualquier otro.
Esta confrontación ha agravado las grietas internas de Estados Unidos, según expertos entrevistados, y ha llevado a algunas personas a plantear la posibilidad de una segunda guerra de secesión en el país. La pelea entre Abbott y Biden comenzó en 2021, cuando el gobernador republicano lanzó la operación Lone Star para reforzar la seguridad en los casi 2.000 kilómetros de frontera entre Texas y México debido al aumento récord de flujos migratorios provenientes de Centroamérica y Sudamérica.
El conflicto se intensificó en diciembre del año pasado, cuando el Congreso estatal de Texas aprobó la ley SB4, que permite a las autoridades estatales detener, arrestar y deportar a personas que crucen ilegalmente la frontera. Además, Texas ha colocado alambres de púas en algunas zonas de la frontera y ha iniciado la construcción de enormes boyas con alambres de púas en el río Bravo para disuadir el cruce de migrantes.
Estas medidas han sido adoptadas en el marco del plan Lone Star, que según la revista The Economist, ha costado más de 4.000 millones de dólares y está siendo litigado en diversas cortes de Estados Unidos. A pesar de la reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos a favor del Gobierno federal para que se retire el alambrado de púas colocado por Texas, el fiscal general del estado ha dicho que seguirán defendiendo la legalidad de sus acciones en las cortes.
El problema migratorio en la frontera sur de Estados Unidos ha sido calificado por algunos como una bomba de tiempo que podría detonar una confrontación mayor en el país. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha anunciado que enviará 1.000 elementos de la Guardia Nacional para respaldar a Texas en sus acciones contra lo que él también considera una “invasión de migrantes”.
Según la experta Margarita Vilchis, esta confrontación tiene como precedente el envío de cientos de miles de migrantes de estados fronterizos a ciudades del norte gobernadas por demócratas y la polarización política que siguió a las elecciones de noviembre de 2019. Además, el expresidente Donald Trump ha culpado a Biden de lo que él considera un desastre en la frontera, acusándolo de haber desmantelado las políticas migratorias de su administración.
Los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza muestran que en diciembre de 2023 se produjeron más de 302.000 “encuentros” de agentes con personas que cruzaron la frontera de manera ilegal, la cifra mensual más alta de la historia. Esto ha llevado a algunos a cuestionarse si Texas, con su poder económico y político, podría decidir una escisión de Estados Unidos. Para Vilchis, factores como las reservas petroleras y la presencia de grupos supremacistas blancos podrían ser determinantes en una posible separación.
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