El estado de Chihuahua demuestra una mejor gestión en salud que el IMSS-Bienestar, atendiendo a más de 575,000 personas no derechohabientes.
Chihuahua, Chih. (ADN/Staff) – El abandono a la salud en México: la realidad detrás de la Megafarmacia del Bienestar
12 de febrero de 2024. El estado de Chihuahua ha dado un importante paso en la lucha por garantizar el acceso a la salud de sus ciudadanos. En tan solo cinco días, más de 14 mil personas se han inscrito en MediChihuahua, un servicio que otorga beneficios médicos a quienes carecen de seguridad social.
Esta iniciativa, liderada por la gobernadora de Chihuahua, ha puesto en evidencia la pobre gestión del IMSS-Bienestar y del Insabi. Al no unirse a estas instituciones federales, el estado ha demostrado una eficiente administración de recursos, asegurando el suministro de medicinas, fortaleciendo las unidades médicas, adquiriendo equipo necesario e incentivando a los médicos.
El secretario de salud de Chihuahua, Gil Baeza, ha declarado que aquellos que critican esta inversión histórica deberían estar orgullosos. Y tiene razón, ya que la salud de los chihuahuenses no es negociable y esta acción del estado es motivo de alegría. Es un reflejo de una correcta administración y estabilidad financiera.
Mientras tanto, el gobierno federal continúa ignorando los problemas de salud en el país. En Chihuahua, se han atendido a más de 575,000 personas no derechohabientes en el Instituto Chihuahuense de Salud (ICHISAL), lo que demuestra que MediChihuahua no es solo una estrategia electoral, sino un proyecto prioritario en acción.
Con clínicas móviles, se han brindado más de 123,000 servicios a 20,437 personas en 33 municipios, y se ha atendido a más de 5,158 personas vulnerables en el ICHISAL. Además, se han surtido 151,564 recetas médicas en el instituto, mientras que la llamada “megafarmacia” del gobierno federal apenas ha surtido el 0.9% de las recetas solicitadas.
Durante los años de la administración de Andrés Manuel López Obrador, la promesa de cubrir el abasto de medicamentos en México y ser un país como Dinamarca ha sido un mero espejismo o promesa vacía. A pesar de contar con instituciones de gran relevancia como el IMSS, el ISSSTE, Pemex, la Sedena y la Semar, la realidad es que el desabasto persiste, afectando principalmente a la población más vulnerable.
El abandono al sector salud es innegable, reflejado en una caída histórica del gasto público en este ámbito vital. En el año 2023, el gasto en salud alcanzó su punto más bajo en más de una década, evidenciando el desinterés y la negligencia del gobierno actual hacia la salud de la población.
La ineficiencia de la llamada “megafarmacia” es indignante. En solo dos semanas, apenas atendió el 0.04% del desabasto generado por el IMSS, dejando sin surtir un asombroso total de 3 millones 161 mil 092 recetas en el periodo de enero a agosto de 2023.
Esta discrepancia pone en entredicho la eficiencia y efectividad del nuevo sistema de distribución de medicamentos impulsado por el gobierno. Aunque se ha promocionado como una solución al desabasto de medicamentos en el país, los datos sugieren lo contrario.
Asegurar que ahora el ejército se encargará no solo de levantar infraestructuras como aeropuertos o trenes, sino también de distribuir medicamentos, parece más bien un intento descarado de ocultar la incompetencia del gobierno detrás de información clasificada. Esto solo distrae a las instituciones de seguridad nacional de sus responsabilidades, reflejando brutalmente la cruda realidad de la crisis de inseguridad en nuestro país.
La disparidad entre el IMSS Bienestar y MediChihuahua es un reflejo claro de la negligencia y la falta de compromiso del gobierno federal. Mientras el Estado de Chihuahua se ve obligado a asumir la responsabilidad de atender a quienes carecen de servicios médicos desde 2021, el IMSS Bienestar no solo demuestra su ineficiencia, sino que deja a millones de ciudadanos desprotegidos.
¿Dónde está la supuesta atención a la salud para todos? La realidad es que el sistema de seguridad social está colapsando. Es hora de que el gobierno tome medidas serias y efectivas para garantizar el acceso a la salud de todos los mexicanos, sin promesas vacías ni espejismos. La salud no puede ser negociable, y es responsabilidad del gobierno federal asegurar que todos tengan acceso a ella.
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