A mediados de febrero, Moody’s recortó la nota de Pemex debido a varias problemáticas, entre ellas, las mayores necesidades de liquidez y los riesgos de negocio al ampliar su capacidad de refinación y producción.
Ciudad de México (ADN/Staff) – Pemex, la emblemática empresa petrolera mexicana, ha vuelto a ser noticia en los medios financieros internacionales. A mediados de febrero, la calificadora Moody’s recortó la nota de la compañía liderada por Octavio Oropeza, desde B1 a B3 con perspectiva negativa, debido a varias problemáticas que enfrenta.
Entre ellas, se encuentran las mayores necesidades de liquidez que enfrenta la petrolera, así como los mayores riesgos de negocio al continuar ampliando su capacidad de refinación y al tratar de incrementar su producción. Según Moody’s, esta baja en la calificación es una señal de que Pemex no tiene una senda de estabilidad financiera a mediano plazo.
Sin embargo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha defendido la gestión de su gobierno y de Pemex, asegurando que esta medida es una estrategia del antiguo modelo neoliberal del país. Según él, ahora se está dando valor agregado a la materia prima en lugar de simplemente vender petróleo crudo.
Esta es la sexta ocasión que Moody’s reduce la nota de Pemex durante el mandato de López Obrador. Y aunque la agencia asegura que su análisis es completamente técnico, algunos expertos sugieren que también pueden verse influenciados por factores políticos y por su papel en la crisis económica de 2008.
Además, Pemex enfrenta otras problemáticas que afectan su reputación a nivel internacional, como los accidentes en sus plataformas petroleras y su insuficiente producción. Rajan Vig, fundador de Grupo Indimex, señala que estos incidentes afectan la imagen de la empresa y pueden poner en duda su legitimidad y capacidades.
A esto se suma la deuda actual de Pemex, que cerró en 2023 en 106,8 millones de dólares y es la más alta de cualquier compañía importante de este rubro en el mundo. Los expertos sugieren cambios en el modelo de negocio de la compañía, mejoras en las condiciones laborales de sus empleados y, en casos extremos, que el Gobierno absorba su deuda.
Sin embargo, hacer estos ajustes no será una tarea sencilla. Y si no se realiza ningún cambio, los especialistas vaticinan que las agencias calificadoras seguirán recortando la nota de Pemex y generando una mayor especulación en torno a la empresa.
A pesar de todo, los expertos descartan que Pemex llegue a la quiebra, ya que sería un proceso respaldado por el Estado y tendría un impacto catastrófico en la economía mexicana. Pero sí enfatizan en la importancia de hacer cambios en la compañía para garantizar su estabilidad financiera a largo plazo.
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