Hace unos años propuse que la policía federal ocupara vivienda del INFONAVIT en lugar de los costosos hoteles en los que se hospedaban cuando se incrementaba la presencia policial a falta de cuarteles. Naturalmente a pesar de que el INFONAVIT estaba sumamente interesado y dispuesto a amueblar las viviendas, construir bardas perimetrales y comedores comunitarios esto no se logró.
Las viviendas del INFONAVIT, han venido siendo abandonadas debido a que los grupos delincuenciales las han tomado como propias, haciendo imposible la convivencia vecinal, la gran mayoría de la gente prefirió abandonar sus viviendas y con ello los ahorros de toda su vida, su patrimonio entero, pero no exponerse a morir a manos de los grupos delincuenciales. Son varios los estados de la república en donde los desarrollos de vivienda están abandonados, con ello quienes las compraron perdieron su patrimonio y el INFOVAVIT, y los desarrolladores, pierden los recursos invertidos en la construcción y en los créditos hipotecarios institucionales.
La razón absurdamente esgrimida, fue que no podían ponerse en riesgo a los policías, cuando en realidad lo que no se quería perder eran las comisiones que se veían obligados los hoteleros a pagar, estos tenían que dar hasta el 50% a ciertas autoridades, por lo que facturando al 100% no alcanzaba para cubrir los gastos más elementales, además en lugares como Acapulco los policías fueron atacados y varios resultaron muertos y heridos, siendo presa fácil de los sicarios.
A todos convenía el modelo de instalar a los policías en las viviendas del INFONAVIT de hecho, algunos propietarios que habían abandonado sus viviendas, aseguraron que regresarían y seguirían pagando su hipoteca, pero la corrupción pudo más que la sensatez y el amor a México. EL presidente López Obrador decidió que ya no construiría más cuarteles con el pretexto de que la inseguridad estaba disminuyendo, evidentemente esto no es verdad, sino que la inseguridad se ha ido incrementando de manera brutal y los desarrollos de vivienda ¨social¨ siguen abandonados por los derechohabientes.
Actualmente las rentas más bajas del mercado se consiguen en esos conjuntos habitacionales, mismos que han sido saqueados y están medio vacíos a causa de la delincuencia.
Los más pobres son los más vulnerables a la tremenda inseguridad en la que vivimos.
Diariamente en el transporte público se dan asaltos por todos conocidos, conocidas también las rutas y horarios y nadie hace nada; todos los días policías extorsionadores detienen indebida e ilegalmente a vehículos de todo tipo para obtener dinero, robando a los ciudadanos; todos los días se cobran extorsiones y derechos de piso en lugares y horarios conocidos por las autoridades, sin que nada suceda.
Los pobres son las víctimas más frecuentes, pero además cuando son despojados de sus bienes, pierden mucho más que quienes más tienen.
En la promesa de primero los pobres, la seguridad debería haber sido priorizada y en cambio la pobreza sigue siendo criminalizada, no hay jueces suficientes, los ministerios públicos siguen siendo tan corruptos que quien menos tiene más pierde, sin acceso a la justicia o bien sin acceso a una defensa justa.
La verdad es que no existe la voluntad política para que tengamos un país seguro, la gente llega a linchar a criminales haciendo justicia por propia mano, los policías no tienen las condiciones mínimas para pensar que tienen un trabajo digno y que no les convenga pasarse del otro lado de la ley. Los políticos siguen robando y poniendo el peor ejemplo, así, ¿cómo habrá un sistema de justicia que no se corrompa? Lo más triste es haberles quitado a los pobres la esperanza de tener un país mejor y habérselos cambiado por dádivas, que no los sacarán de la pobreza.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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