Esta sencilla frase del conferencista Yokoi Kenji me persigue todos los días cuando intento realizar acciones extraordinarias que impacten en la vida de los demás, cuando construyo un proyecto o cuando entro a mi salón de clases.
Lo sencillo no significa que sea fácil, al contrario, la búsqueda de la felicidad es constante y en ocasiones abrumadora en la mayoría de los seres humanos, deseamos sentirnos felices en cada momento y bajo cualquier costo.
Actualmente se han desarrollado diversas disciplinas como las denominadas Ciencias de la Felicidad, “cuyo objeto de estudio se centra en las condiciones y procesos que contribuyen al rendimiento óptimo de los individuos, los grupos y las organizaciones, potenciando las dimensiones positivas del ser humano” (Modelos de Liderazgo Positivo, Blanch).
Comparto lo anterior pues el concepto de “Ser Feliz” no se limita a una llana aspiración personal supedita a las condiciones del contexto de cada individuo, sino que también tiene relación con los procesos internos de las personas estudiados por la psicología positiva, la neurociencia y la aplicación de técnicas de Mindfulness y atención plena, como dice Kenji “ser feliz , también es una decisión”.
Cierto, hay momentos en que el sufrimiento por alguna perdida, un conflicto fuerte, alguna agresión o falta nuestra persona nos harán sentir invariablemente infelices. Sin embargo, cuantas ocasiones situaciones insignificantes nos molestan y generan una sensación de sufrimiento que podríamos y deberíamos evitarnos.
-Vieras como me cae mal tal persona- ¿Que te hizo? -Nada, Existir-
-Me molesta tanto la risa de aquellas chicas- ¿En qué te afecta? -En todo, no lo soporto-
-Me estresa tanto ir al super- ¡No vayas ¡-No, es mi obligación.
Sin darnos cuenta, invadimos la cotidianidad con quejas, sufrimientos y actitudes que restan a la felicidad. De pronto nos vemos sumergidos en sufrimientos caóticos que lo único que generan es limitar nuestro potencial y creatividad humana.
Nadie que no sea feliz con su propia existencia podrá en un marco habitual contribuir a la felicidad de otros, entonces para quienes pretendemos cambiar un poquito este mundo educando, sanando o gobernando buscar la felicidad personal no solo es importante, es un requisito básico.
Por supuesto cada uno podrá determinar lo que le hace feliz, algunos hablaran de la dimensión biológica del ser humano apostando a la salud física, para otros será contar con una seguridad de subsistencia económica, otros más dirán que la dimensión espiritual y por supuesto la dimensión del Amor.
Creo como dice del Dr. Mario Alonso Puig al cuestionar ¿y si la fórmula de la felicidad fuera aprender amar? Es decir que a pesar de nuestros aciertos y errores, a pesar de la alegría o la pena, del triunfo o el fracaso de nuestros proyectos o relaciones personales, debemos mantenernos siempre en una disposición anímica de amar lo que somos, asi como nuestra aportación en el cambio social para entonces encontrar y reconocernos como seres humanos diferentes pero no distantes.
Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.
