La inseguridad sigue siendo uno de los mayores fracasos del presidente López Obrador, solo en marzo hubieron 2,200 homicidios, casi 71 asesinatos por día. En lo que llevamos del sexenio a marzo del 2024 la cifra asciende a 192,000 homicidios. Es verdad que los homicidios tienen una tendencia a la baja aunque la cifra es mucho mayor que en otros sexenios, en cambio ha crecido el número de desaparecidos, que solo por informaciones no oficiales, llegan a casi 60,000 en el sexenio. No cabe duda que hemos perdido la capacidad de asombro y de indignación, entre las guerras de Israel y Palestina y la de Rusia y Ucrania, no llegan a 80,000 en total y estas muertes son un escándalo internacional.
En cambio, en México, nos hemos metido en una guerra de cifras verdaderamente vergonzosa, como vergonzosos son quienes politizan la seguridad pública para permanecer en el poder. El pueblo sabio está enojado por la falta de atención en esta materia en donde todo el mundo pierde, menos inversiones, cierre de negocios, miedo de la gente que hace que la movilidad se dé solo para lo indispensable. Esas, son las acciones pasivas de una ciudadanía agraviada, pero hay otras como las suscitadas recurrentemente, grupos de ciudadanos armados, algunos llamados autodefensas, en algunas colonias les llaman justicieros vecinales.
Muchos son los casos en los que los pueblos linchan a quienes sorprenden en flagrancia y si, esa es una opción muy probable, en donde los ciudadanos cansados de los abusos de policías y delincuentes, tomen la justicia por su propia mano. Este fenómeno crecerá sobre manera y… “¿Quién mató al Comendador ¡Fuenteovejuna señor!”
Las campañas electorales terminarán el 29 de mayo y al día de hoy existe una mayor violencia electoral que en elecciones anteriores, se habla de alrededor de 500 casos de amenazas y actos violentos diversos y 61 homicidios. La verdad es que la cifra negra en materia de violencia lectoral está por arriba del 80%, la gran mayoría de los casos no se denuncian, la delincuencia organizada no es la única que ejerce violencia en contra de los candidatos, también los contrincantes políticos, muchos de ellos en el poder, desde donde tanto las investigaciones patrimoniales como personales y familiares son los elementos utilizados para extorsionar y amenazar con acciones legales y paralegales a quienes son sus opositores.
Hay que recordar que no solamente son los cárteles de drogas en sus diferentes variantes y quehaceres, son quienes buscan alianzas por la buena o por la mala, sino también células aisladas con intereses puntuales en lugares determinados.
En un país tan violento como el nuestro, no pueden existir garantías para comerciantes, empresarios, trabajadores, transeúntes, choferes, hombres, mujeres y niños. Mucho menos para quienes quieren participar electoralmente para ocupar un puesto de gobierno en cualquiera de sus facetas. La gran mayoría de los ataques son a quienes compiten municipalmente y es que es precisamente ahí en donde tenemos los mayores problemas de inseguridad, de corrupción tanto de alcaldes y regidores, pero sobre todo de las policías municipales y cuando hablo de inseguridad y corrupción, estoy hablando de sus vínculos con los grupos delictivos y también de las extorsiones a los ciudadanos.
Fernando Schütte Elguero
Empresario inmobiliario, maestro, escritor, y activista en seguridad pública. Destacado en desarrollo de infraestructura y literatura.
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