La vida social tiene sus graduaciones, días que marcan y cambian la historia, momentos de transformaciones pausadas y minutos de canjes disruptivos. Muchos acontecimientos son imprevistos, situaciones en las que la naturaleza caprichosa nos muestra su poder sobre nuestro control, previsión y pronóstico. Pero fuera del contexto natural, los seres humanos hemos aprendido hacer que las cosas que deseamos sucedan.
Nos preparamos para un maratón, estudiamos una carrera, entrenamos la mente y el cuerpo en función de un propósito que puede englobarse en la siguiente palabra: “ganar”. Todos queremos ganar algo.
Para ganar, finalizar o llegar a la meta se requiere de un proceso, un certamen de la vida que todos los días pone a prueba la voluntad a lograrlo. Cada uno de nosotros posee su propia película con los aciertos y errores que cometemos en aras de cumplir con el libreto que nos hemos propuesto
Asi también lo tiene nuestra historia colectiva, como nación vivimos un presente con características heredadas del pasado y visiones del futuro bienestar al que aspiramos o deberíamos de hacerlo.
Estamos a unos días para vivir un proceso por el que nos hemos estado preparando durante meses… la siguiente elección presidencial, el proceso de campaña ha llegado a la recta final, nos esperan días cálidos si estudiamos para el examen electoral o momentos grises, si decidimos no hacer nada.
Porque hubo clases de propuestas, acercamiento con los candidatos, grupos políticos, partidos , ideologías o comités vecinales, pues todos de alguna manera tuvimos la oportunidad de entrarle a las materias, porque me guste o no la evaluación final del 02 de junio vivo y convivo con una sociedad que elegirá y lo hará conmigo o sin mi .
El cierre de cursos en materia política termina con las campañas, gradúa a los representantes populares e inicia una nueva etapa para todos. Un tiempo en el que se vuelve a iniciar el curso y la carrera por poder reinicia.
Y aquí es donde la cosa se empieza a complicar, se dificulta por que los muchos de los graduados al asumir sus puestos no trabajan, no rinden cuentas, no dan resultados y esperan hasta el siguiente proceso electoral de para ir a convencer de su permanencia, y cuando el maestro ciudadano les pregunta que han estado haciendo durante todo el curso simplemente no tienen puntos para pasar.
Todos somos participes de esta escuela, aprobamos y reprobamos a los elegidos y si no contamos con una conciencia comunitaria de prosperidad nos detenemos entre mitos, mitotes y leyendas que nos conducen socialmente a la nada.
Después del 02 junio sigue lo que sigue…
Desde cada una de nuestras posiciones se cierra una etapa y se abre un nuevo camino, quienes resulten electos tendrán además la gran responsabilidad de redactar los nuevos contenidos para el desarrollo de la próxima clase.
En ellos recaerán los destinos que como juarenses y mexicanos se nos avecinan y desde mi humilde punto de vista espero que puedan impregnarle una visión centrada en la prosperidad.
Encaminarnos a Ser un País Próspero es una tarea urgente. Deepak Chopra dice que para lograr esta mentalidad es menester dejar de actuar desde la creencia de la escases y la limitación , es decir que empecemos a valorar las características positivas que nos distinguen y las fortalezcamos en lugar de redundar en los errores del pasado y empecemos acciones concretas a fin de que la sociedad en conjunto pueda experimentar estabilidad , confianza, riqueza , perspicacia , creatividad y amor.
Este seria desde la temática que deberán incluir los representantes electos y he apoyado los proyectos que los incluyen.
En la recta final del proceso electoral me siento complacida del trabajo realizado con este enfoque, de haber invitado, compartido, bailado y gritado la propuesta de Alejandro Pérez Cuellar pues tengo la confianza de que con su visión integradora, laboriosidad y calidad humana el nuevo curso vendrá impregnando compromiso de prosperidad que los juarenses deseamos .
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