Estados Unidos y China inician conversaciones de varios días con el objetivo de calmar las tensiones entre ambos países y tratar cuestiones de interés bilateral como el desacuerdo sobre Taiwán, el tráfico de fentanilo y los aranceles estadounidenses sobre productos chinos.
Beijing (VOA) – Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos Joe Biden, inicia esta semana en Pekín una serie de conversaciones de varios días de duración con altos cargos chinos con el objetivo de calmar las tensiones entre las dos superpotencias antes de las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre.
Sullivan, el principal diplomático chino, Wang Yi, y otras personas se reúnen para las conversaciones del 27 al 29 de agosto, en un momento en que los dos países están enfrentados por Oriente Próximo y Ucrania, las reivindicaciones territoriales chinas desde Taiwán hasta el mar de China Meridional y el comercio.
Biden, que se encuentra en los últimos meses de su presidencia, ha impulsado la diplomacia directa para influir en el presidente chino, Xi Jinping, y mantener a raya esas tensiones. La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, candidata demócrata en las elecciones de noviembre, probablemente seguiría una estrategia similar.
Sin embargo, muchos analistas alineados con el expresidente republicano Donald Trump ven ese enfoque demasiado blando, dada la política exterior cada vez más asertiva de China.
Sullivan, que aterrizó en Pekín el martes por la tarde, quiere ampliar las conversaciones entre militares hasta el nivel de comando de teatro, un paso que Washington espera que pueda evitar conflictos en áreas específicas como el estrecho de Taiwán.
Estados Unidos también quiere que China tome más medidas a nivel nacional para impedir el desarrollo de sustancias químicas que puedan convertirse en fentanilo, la principal causa de sobredosis de drogas en Estados Unidos, y que llegue a un entendimiento sobre las normas de seguridad de la inteligencia artificial.
Pekín tiene previsto expresar su desaprobación por los aranceles estadounidenses sobre una serie de productos manufacturados y los controles a la exportación dirigidos a los fabricantes de chips chinos y hablar sobre sus reclamaciones de soberanía sobre la isla de Taiwán, gobernada democráticamente.
“China se centrará en expresar serias preocupaciones, aclarar su posición solemne y plantear serias exigencias sobre la cuestión de Taiwán, el derecho al desarrollo y la seguridad estratégica de China”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
“Estados Unidos ha tomado continuamente medidas irrazonables contra China en materia de aranceles, controles de exportación, revisión de inversiones y sanciones unilaterales, que han socavado gravemente los derechos e intereses legítimos de China”.
Ambas partes también observan con cautela la posibilidad de que la guerra de Gaza se convierta en un conflicto regional más amplio.
El viaje de Sullivan es el primero de un asesor de seguridad nacional estadounidense desde 2016. Ha mantenido conversaciones periódicas con Wang con la vista puesta en la gestión de la competencia entre las superpotencias y la última vez que se reunieron fue en enero en Bangkok.
En Pekín, los dos responsables también podrían marcar el camino hacia una reunión final entre Biden y Xi. Perú acogerá la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) y Brasil la del Grupo de los 20 (G20), ambas en noviembre, donde los dos líderes podrían encontrarse.
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