Los detractores del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se solazan en señalar que su gobierno será un fracaso, y que en vez de llevarnos hacia lo que él llama una cuarta transformación de México, nos llevará a la miseria y a la violencia.
Sin embargo a 31 días para que asuma el poder, ya se están sintiendo algunos cambios en la epidermis política mexicana, que indican otra cosa.
Es que los mexicanos deseamos que las cosas ocurran con la inmediatez del rayo, o el sonido de un chasquido de los dedos. IPSO FACTO, diría mi querido amigo el lingüista Tony Payán en su fase de análisis y comprensión de latinajos.
Los mexicanos así semos de desesperados.
Desmenucemos uno de mil cuestionamientos que agobian a los escépticos.
Uno de los temas más complicados para su comprensión, es el de la figura del súper delegado Federal.
Para unos, la aberración política más incongruente de la que se haya tenido noticia jamás.
Para Andrés Manuel, y los morenos convencidos, significa el primer avance para contener la corrupción en México.
En el Congreso, se cocina ya la nueva ley que dará vida a lo que se conocerá como: Delegación de programas para el desarrollo.
Una figura administrativa que se coordinará con el gobierno del estado para evitar que el intermediarismo de antaño, reduzca el beneficio al destinatario. O sea, evitar que le metan mano al cajón.
El comienzo de la reestructuración total de la función pública.
El súper delegado en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, dio a conocer que en 180 días se analizarán 2300 delegaciones en el país.
Y se verá cuáles permanecen y cuales se van.
Cuáles se fusionan y cuáles adelgazan su funcionamiento.
La pretensión es reducir de 2300 delegaciones que existen en la función pública federal, a solamente 32 oficinas de representación, en cada uno de los estados de la república.
Y el objetivo central es que el recurso federal llegue directo a la ciudadanía.
“Acabar con la tiranía de la corrupción”, dijo Loera de la Rosa en una entrevista por televisión.
Indudablemente que en la figura del súper delegado, se deposita un poder inconmensurable.
Otorgarle ese poder plenipotenciario para la administración de todos los recursos que el Gobierno Federal reparte a las entidades, requiere de un perfil especial.
Y tal parece que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador confía a plenitud en sus 32 Vice Ministros Plenipotenciarios para iniciar la cuarta transformación de México.
¿Qué virtudes debe tener este nuevo funcionario federal para garantizar equilibrio y certeza para el estado?
El tiempo nos lo irá diciendo. Mientras tanto confiemos en la mesura, y el sentido de congruencia y patriótica solidaridad del que nos ha tocado en Chihuahua.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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